Mi primer cólico nefrítico

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Hace 17 años de mi primer cólico... Lo recuerdo perfectamente, aunque no sabía lo que era...Estaba en la universidad de Jaén haciendo una práctica para Psicología de la Educación una asignatura de mi carrera de maestra de Educación Primaria... Por la mañana me levante con dolor lumbar, pero lo achaqué a una mala postura o estudio prolongado... también sentía como fiebre pero igualmente pensé que podía ser un virus de garganta y no le dí mayor importancia... Me tomé un paracetamol y bajé a realizar dicha práctica... En torno a las 19:00 horas empecé a tener escalofríos y comenzó a subirme la fiebre y a la misma vez aumentaba el dolor, fuerte, seco y me dieron ganas de vomitar... Pedí al profesor salir y tan pronto como salí del aula caí doblada en el pasillo... era tanto el dolor que sentía como si un cuchillo me atravesara desde la zona lumbar, recorriendo la zona inguinal y parte de mi vulva... El profesor salió y me ayudo a levantarme y me dijo que tenia síntomas o de apendicitis o de cólico nefrítico... Llamamos a mi novio (actualmente es mi marido) por la cercanía en el lugar en el que se encontraba y tampoco porque no quería preocupar a mis padres... Me llevó hospital... Allí me hicieron todas las pruebas incluyendo la de la apendicitis con ecografía y se descartó... Entonces llegó el médico me dijo que me diera la vuelta y con el puño cerrado medio en la lumbar justo un poco por debajo de la costillas y de repente fue tal el dolor que pegue un grito y un respingo... Pedí perdón porque yo creo que deje sordo al pobre médico... Me dijo que no me preocupase pero que claramente era un cólico nefrítico y que tenía un poco de pipi en el riñón que era causado por una piedra o arena... Me quedé que no sabía que decir... Y recordé eso que decía mi abuela y mi madre que si lo habían tenido que era peor que un parto. Esa noche me dejaron en sueros y con un tratamiento fui expulsando la arena... Yo creía que ya no tendría más.... Y guarde el informe "cólico nefrítico mayo de 2001"...quien me iba a decir a mí que iba a tener casi cerca de la centena. Ese día descubrí la empatía de muchas personas y el sin sentido de muchas otras pero ese día no sabía todo lo que iba a aprender. Lo que sí aprendí ese día es que mi marido me quería, no se despego de mi lado en todo momento y a día de hoy que me encuentro con la manta eléctrica en la espalda lo tengo sentado a mi lado.

Vivir dentro de mi. El poder de la resiliencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora