Aunque era pequeño aun recuerdo como me sentí la primera vez que ella te vio. Y a pesar de no poder verte, creí que eras hermoso, sentí que eras hermoso. Que equivocado estaba. Pero bueno, puedo equivocarme, acepto mi error pero como ya dije era pequeño y mi portadora no era muy inteligente en ese entonces. No pueden culparme de amarlo justamente a él, yo no soy quién toma esas decisiones tan aceleradamente aunque muchas personas crean que sí. ¿Y si la mente se encapricho con él y ella me obligo a mi a amarlo? No creo que sea justo que porque yo sea el que sienta, signifique que soy yo el que siempre toma las decisiones referentes al amor, porque esta vez yo no lo hice.
A veces odio ser lo que soy, odio ser el que siempre sufre por el simple hecho de que soy el único que siente, el único que se acelera, el único que puede llegar a explotar al tenerlo a él cerca. Enamorarme de el definitivamente no fue mi elección, porque como ya dije fue la mente la que lo hizo. Ella apenas lo vio y dijo "Yo lo quiero", ni siquiera se si lo amó alguna vez, para ella simplemente era un capricho y siguió queriéndolo sin saber a quién ni a qué afectaba. Y mi portadora, ignorando mis suplicas, le hizo caso a la mente y la pobre chica cayó por él hacia un abismo, arrastrándome con ella.
Pero mientras caíamos logré sostenerme, logré parar las cosas un poco - de más esta decir que a la mente no le gusto nada y se vengó conmigo después- intenté convencer a mi dueña de que esa era una mala decisión, que si seguíamos cayendo así por el, salir de ese abismo iba a ser muy difícil y sumamente doloroso y justo cuando creí convencerla, llegó ella de nuevo, como odiaba a esa mente caprichosa y manipuladora. Aunque esta vez no era a la joven a la que intentaba manipular, era a mí. Decía palabras vacías, no le creía ninguna, " Me preocupo por ti" " Esto va a salir bien" " Esta vez no saldrás lastimado". Solamente estaba esperando que se fuera pero luego algo pasó, algo de lo que me voy a arrepentir para siempre, y es que volví a sentirlo cerca, él se había acercado y estaba hablando con ella, con mi portadora. Por alguna razón, una que nunca entendí y no se si quiero hacerlo, empecé a latir rápidamente como pasaba cuando la chica se agitaba mucho, pero esta vez fue diferente.
Sabía que ella no estaba corriendo, yo nunca me había acelerado de esa forma, era diferente. Era como si...no se como explicarlo, pero sentía que en cualquier momento podía explotar si seguía de esa manera. ¿Qué se suponía que era eso? ¿Porqué estaba tan acelerado? ¿Acaso eso era...amor? ¿Alguna vez lo fue? Si seguía de esa manera algo malo podría suceder, pero por mas que lo intentara no podía parar, era inevitable. Podía escuchar su voz a lo lejos como un murmullo lejano, no entendía lo que decía pero su voz me mareó de una manera asquerosamente hermosa.
Mierda.
Esto no me gustaba nada pero a la vez me encantaba, me sentía muy raro...como con nauseas, aunque yo no puedo vomitar. Y entonces hice la cosa mas estúpida que he hecho nunca, me solté, dejé de aferrarme a ese borde. No sé si lo hice por ese mareo constante o si lo hice apropósito, pero lo hice y me arrepiento constantemente.
Y mientras caía y caía, odié a ese chico, odié a esa mente estúpida, odié a mi dueña, odié a todos y a todo. Y mas que a todos me odié a mi mismo, me odié por soltarme tan fácil, me odié por mi naturaleza de sentir, me odié por no poder ser mas duro, me odié por ser al único al que le va a doler este final. Me odié a mi mismo por ser el corazón.
YOU ARE READING
Relatos de un corazón terco
Roman d'amourDónde este corazón terco puede desahogarse.