Uno.
-¿Que pasara si te descubren?- Hablo el pelinegro mientras que expulsaba el humo que contenía en mis pulmones directo a su cara.- ¿De verdad crees que todo esto que estás haciendo es necesario solo... por él?- Lo vale. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo. Por él, lo vale.
-Claro que si.- Aparte la mirada de esos ojos azules para tomar otro cigarro de la cajetilla y encenderlo.- Estoy cansada de que me digas siempre lo mismo.
-Y no parare de decirlo hasta que te metas en esa cabecita que estas equivocada. ¿A caso no vez las consecuencias que te pueden traer? Y no solo a ti, a tu padre.- Suspiro con desesperación.- Estas ciega, muy ciega.- Lo mire directo a los ojos.
-Derek, tu mas que nadie sabes que no tengo motivos para preocuparme por mi padre. Estoy muy consciente de lo que estoy haciendo, ya estoy mayorcita para que me anden diciendo lo que debo hacer y lo que no, si tanto te molesta, vete.- Me lanzo una mirada desaprobadora y se levantó de mi cama, dirigiéndose a la puerta, tomo su chaqueta y cerro de un fuerte portazo.
Necesito un maldito trago, ahora. Me levante de mi cama directo hacia mi gran armario, después de unos minutos de estar buscando por toda la habitación, me decidí por ponerme un vestido negro en encaje que llegaba hasta la mitad del muslo con toda mi espalda expuesta, con unos tacones aguja negros, tome mi pequeña cartera dorada y me dirigí hacia la salida de mi gran habitación.
Corrí por el gran pasillo que dirigía hacia las escaleras, baje lo más rápido que mis grandes tacones me dejaban y fui directo hacia el garage.
-¿Por qué tanta prisa?- Lo que me faltaba.
-Saldré.- Hable aun dándole la espalda. Oí como daba un gran suspiro.
-Que te acompañe Gordon.- Gire sobre mis talones poniéndome a la defensiva automáticamente.
-Voy a ir sola, papá.- Froto bruscamente su cara.
-¿Cuándo vas a entender que salir sola te pone en un grave peligro?- Suspire pesadamente rodando los ojos.
-¿Me pone en peligro?-Solté una carcajada notablemente falsa- Más bien, te preocupas por que haga algo que afecte tu perfecta imagen.
-Claro que no, soy tu padre primero que todo, me preocupo por ti. Si quieres salir, lo harás con Gordon.- Gire otra vez y me dirigí hacia mi amado Ferrari.
....
Camine hacia el auto que minutos antes me estaba siguiendo en todo el trayecto a Lox, di leves golpecitos a la ventana provocando que se bajara automáticamente dejándome ver a Gordon con un notable nerviosismo.
-Señorita Madeleine, que casualidad verla por aca- Hablo soltando una risita nerviosa al mismo tiempo.
-Gordon, no trates de tomarme del pelo.- Tome mi pequeña cartera y saque algunos billetes.-Creo que con esto es suficiente, ahora vete de aqui.-Gordon, para mi padre, era su empleado mas ejemplar, yo lo conocía como un simple viejo con problemas de alcohol, que le gustaba robar tragos de las botellas que mi padre guarda en su despacho y lo suficientemente estúpido para tratar de tomarme del pelo.
Camine hacia la gran entrada de Lox esquivando toda la multitud que se agrupaba en una fila deseando tener la suerte de entrar al lugar, abrieron las puertas a mi paso y pude sentir el adorado olor a infierno, me dirigí hacia la barra automaticamente.
-Un San Francisco, por favor.- El barman tomo mi orden y me regalo una sonrisa coqueta, me entrego el vaso que contenía la bebida rozando levemente sus dedos con mi mano. Rodé los ojos y di un sorbo a mi bebida.
Sentí como unas grandes manos tomaba mi cintura y pegaba su torso con mi espalda descubierta provocando mi sonrisa automaticamente.-¿No te he dicho que ese vestido solo lo puedo ver yo puesto en ti?.-Hablo lentamente con su ronca voz.
Ethan.
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all yours
RomanceCuando estas en lo profundo del lado oscuro, hay una salida. Pero no siempre quieres encontrarla. Entregue toda mi alma. Entregue todo mi cuerpo. Entregue todo mi corazón. Le entregue todo.