Paso el siguiente día, me encontraba ansioso, nervioso por la respuesta que me daría la chica, sin embargo el día decía otra cosa, el día era oscuro pero no tome importancia, por mi mente pasaba que solo seria una simple lluvia...
Llego el momento de la respuesta la chica se acerco a mi y recuerdo sus palabras fueron tan directas, que si, yo salia perdedor de esa batalla, sin embargo ahí empezó todo...
Empezó a llover y empezaba a sentir en mi interior un enojo, creí que era un simple enojo por perder una batalla, el enojo era conmigo, que fue mi culpa, ya que pensaba que no hice demasiado para lograr mi objetivo, aunque yo me decía que siempre doy lo mejor de mi, seguía enojado conmigo, era tanto mi enojo que empecé a desarrollar un síntoma, un demonio que no creí importante, sin embargo tenia aun mi parte y yo no me rendía...
Y así que lo quise intentar con la chica, una y otra, otra y otra vez...
Fueron tantos mis fracasos que ahí fue donde comenzó todo...