KILLING ME. ─KOOKGI !

Discusión.

Fue un día de otoño, tan frío como sus ojos. Fue ese maldito día que nuestros mundos colapsaron de manera tan abrupta sin siquiera dar tiempo a contemplaciones, rompimos cosas en el transcurso.

Y de todas esas cosas nuestro corazón destacó.

—¡Deberías entonces buscar a alguien más! ¡Me tienes cansado siempre es lo mismo, Jeon! —Los ojos de Yoongi estaban llenos de lágrimas. Se notaba el dolor en ellos, y quise acercarme a abrazarlo y consolarlo pero no pude.

No pude porque estaba tan concentrado en mi egoísmo, en lo que yo sentía y no en lo que podía sentir mi pareja. Había olvidado que una relación es de dos y no de más personas.

—¡Entonces deberías terminar conmigo! —No lo dije en serio. Las palabras salieron por sí solas—. Deberías entonces... dejarme en paz.

Se quedó quieto. Como si apenas pudiera procesar mis palabras y es que llevábamos cuatro años de relación, no podíamos simplemente romper el vínculo que nos unía.

—Yo te amo, Jungkook —Musitó con voz apagada mientras se acercaba a la puerta a pasos lentos—. Te amo mucho.

Las relaciones no se sostienen solo con amor, lastimosamente, eso era lo único que teníamos.

—Lo sé, Yoongi—Dije yo, con seriedad, mirando sus orbes gatunas una vez más. Esta era la definitiva—. Pero yo no lo hago. Ya no.

Eso bastó para que Min Yoongi saliese de mi casa hecho un mar de lágrimas. En ese momento ya no me importaba nada, solo me lancé a llorar como nunca en mi vida.

Él se fue.

Lo hizo. Esta vez no era una broma. Esta vez no estábamos jugando. Solo me miró con sus orbes llenas de cristales salinos y se marchó por esa puerta sin decir absolutamente nada.
Al principio creí que estaba bien, me habría librado de una enorme molestia.

Pero conforme pasaba el tiempo dejaba de creer esa enorme mentira que me había inventado para no sufrir en mi soledad.

Me pareció estúpido llorar por él noches enteras, mientras tal vez esté teniendo una mejor vida con alguien que sí sepa amarlo de verdad.

¿Lo más estúpido de todo eso? Que a pesar de que yo fui quien le di la espalda como un desconocido, su recuerdo quema.