14. ¡GRACIAS!

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Ok, primerisimo que nada... ¡GRACIAS!  gracias, gracias, gracias y mil gracias por los comentarios del capitulo anterior, son un amor de lectores, su apoyo sobre la canción que escribí para el capitulo fue, woooow, en serio ame cada uno de sus comentarios, muchísimas gracias, es que en serio me dejaron sin palabras ¡gracias, gracias, gracias! 

Ahora sin más

Disfruten del capitulo final. 

Akutagawa no podía dormir, el frío le hacía toser, miro a Atsushi que aunque igual tenia frío, es decir, su posición era la de un feto abrazándose a sí mismo pero aun así, ¡estaba dormido! ¿y que si se enfermaban? Tenían una presentación al día siguiente con el lanzamiento del disco. Suspiro, ya no sabía qué hacer, así que rebusco un poco por la casa de heladero, encontrando una frazada gruesa y sonrió. La llevo consigo, tapo primero a Atsushi quien rápidamente se vio aliviado del frío y soltó su cuerpo – tienes el sueño pesadísimo Jinko – hablo el azabache mirando aquel acto.

Akutagawa volvió a acostarse a su lado, es cierto, era cálido. Abrazo al albino, nadie podía verlos, así que acerco su rostro a su cuello, oliendo el natural olor del chico, olía a lavanda.

Ahora para Atsushi hacía mucho calor, despertó mirando a los lados, volteo ligeramente y se encontró con el rostro de Akutagawa, no grito más si se sorprendió de verle allí - ¿A-Akutagawa? – pregunto mirándolo.

― ¿sí? Dime

― ¿po-porque estás tan cerca?

― Hacia frio, busque algo más para taparnos

― Ahora tengo algo de calor – menciono Atsushi

― Así está bien, no quieres enfermarte y que mañana no puedas cantar

― Ci-cierto – dijo el albino, dio media vuelta y abrazo al azabache – así – sonrió Atsushi – estaremos más calientitos

Akutagawa se ruborizo ligeramente, la sonrisa de Atsushi le mataba cada instante, se acercó a su rostro, lo beso. Atsushi se sorprendió y torpemente le siguió, no iba a negarlo, le gustaba, acerco sus manos temblorosas, quería tocar el rostro de Akutagawa y ligeramente con sus yemas, roso su rostro. Akutagawa se separó ligeramente y sonrió tomando las manos de Atsushi para que le tocará de mejor manera – no pasa nada, puedes tocarme – menciono sonrojando al albino – además ya una vez te besé

― S-si pe-pero... está vez, quiero besarte – confeso el albino

― ¿sí? Bien – cerro los ojos – bésame

Atsushi trago saliva nervioso, acerco sus labios a los del azabache, apretó sus ojos nervioso, toco ligeramente los labios de Akutagawa con los suyos, el azabache sonrió, había abierto los ojos y miraba tiernamente a Atsushi y su gran esfuerzo por tener un beso esplendido, decidió ayudarlo.

Tomo la nuca del albino acercándole más, Atsushi comenzaba a dejarse llevar, sus labios comenzaron a moverse al compás, tenían ritmo y ambos lo entendían, lo seguían. El albino se permitió continuar su camino, moviendo sus manos de las mejillas del azabache a su cuello para formar un abrazo, Akutagawa no lo dudo, tomo la cintura y cadera del albino, así para acariciar de arriba abajo y con ello posicionándose encima de él. Se separó ligeramente de sus labios, miro como el color rojo abarcaba el rostro del albino – abre la boca – menciono el azabache y Atsushi se sentido avergonzado, más abrió su boca ligeramente, con eso bastaba. Akutagawa volvió a besarlo está vez permitiendo la entrada a la boca del albino, y aunque torpemente, Atsushi seguía su juego, sus brazos temblaban al sentirlo dentro, sus caricias estaban matándolo. No era como la primera vez que el azabache lo beso, aquella vez Atsushi no había entendido nada, estaba más enojado que otra cosa, no había sentido el juego de sus lenguas juntas, esta vez... lo sintió todo, sintió el beso, su lengua recorrerle y enredarse, sin mencionar... aquella presión en su pantalón - ¿estás bien? – pregunto al ver al albino afligido y dolido, una vez más estaba tenso.

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