Beautiful Words ❀ HopeV

Catorceava Palabra

- ¿Podemos ya ir a ver la película? Seguro las palomitas ya están frias -recordó Taehyung.

- Tienes razón, vayamos a sentarnos. -concordó el de cabello rojos-. Una buena película nos espera.

- Claro que si, Charmander~

Hoseok ante esa respuesta sonrió y tomo la mano del otro para ir juntos al sillón que estaba justo al frente del televisor, listos para darle play a la película elegida. Ambos inmensamente sumergidos en la trama de Howl's moving castle se fueron acomodando hasta llegar al punto en el que Hoseok, con confianza, se acostó sobre el sillón utilizando el regazo del menor como almohada. Estaba cómodo, la película era buena, la compañía era más que buena y sentía el aroma del menor más fuerte al estar tan cerca, nada podía hacer de este momento algo mejor.

O tal vez sí.

Cuando sintió como algo se deslizaba por las hebras de su cabello y sentir como estas se dedicaban a acariciar y a peinar sus cabellos, estaba seguro que esto, combinado con lo anterior, podía llenarlo de tranquilidad, serenidad y felicidad. Y se dejo ser, disfrutando del momento y enfocado en las caricias que le eran otorgadas y concentrado en la película, hasta que comenzó a sentir el como sus parpados se volvían pesados y el como comenzaba sentir el peso de la somnolencia. Hasta que Taehyung dejo de pasar sus delgados dedos entre sus cabellos.

- ¿Por qué te detienes? -reclama Hoseok con la voz pesada y los ojos ligeramente cerrados, mientras tomaba la muñeca del menor.

- ¿Eh?

- No te detengas, me gusta cuando acaricias mi cabello -recalco dirigiendo la mano del otro de vuelta a su cabello y sonriendo a gusto cuando Taehyung comenzó a peinarlo nuevamente.

- ¿Qué acaso eres un cachorrito hyung? -sonrió mientras continuaba con su tarea-. ¿Debería de adoptarte y volverte uno de mis bebés?

- No seas bobo Taehyungie~ -cerro sus ojos nuevamente disfrutando de las caricias-. Mi madre siempre hacia esto cuando estaba pequeño, lo hacia cuando me iba dormir... y lo extrañaba...

A Taehyung le estaba encantando la imagen de un Hoseok somnoliento, se le hacia muy adorable y no perdía la oportunidad de echarle un vistazo mas de cerca sus lindos rasgos, quedando hipnotizado con esa suave y cuidada piel, esa pequeña y respingada nariz, esos hoyuelos marcado por su pequeña sonrisa de boca cerrada, sus largas y ligeramente tupidas pestañas, y algo que no había notado, ese pequeño y lindo lunar en la comisura de su labio superior. Taehyung no podía evitar pensar que Hoseok era demasiado guapo para ser real.

- Realmente eres un cachorro. Parece que contigo tendré que practicar el cafuné de manera seguida. -dijo sin pensar, para luego sonrojarse de manera inmediata, agradecía que Hoseok tuviera sus ojos cerrados y así no pudiera verlo.

- Antes que nada... ¿Que es cafuné? -cuestiono el otro con los ojos cerrados inclinandose de manera inconsciente a la palma de Taehyung en su cabello.

- Mmm... es pasar los dedos de manera ca-cariñosa por el cabello de la persona ama... de un ser querido, si, eso. -dijo Taehyung de manera nerviosa.

- Seré tu cachorro en ese caso... -susurro ya más inconsciente que consciente-. No... realmente tu eres mi cachorro, con esos ojitos que pones cuando no entiendes algo o cuando estas por hacer un berrinche.... El gato con botas se queda corto a esta carita. Pero, no dejes de hacer cafuné conmigo.

Taehyung sintió nuevamente el como le agarraba las mejillas y las apretaba.

- Yah, hyung -rió.

Hoseok realmente se sentía muy somnoliento, su cuerpo estaba muy cansado por lo tanto le pedía un descanso, pero su mente no estaba de acuerdo. Su mente maquinaba todo lo que estaba pasando con Taehyung y lo que siente cuando esta con el. Se preguntaba el porque se le aceleraba el corazón, el porque sentía algo extraño y bonito en su pecho cuando lo veía o cuando hablaba con el por teléfono o el porque no podía dejar de pensar en el, justo como ahora. Tantas preguntas y pocas respuestas, al menos hasta que las palabras que Yoongi le dijo después de que el negara a lo que le había preguntado hace unas horas llegaron e hicieron eco dentro de el