La mujer a la que había conocido hace dos días había desaparecido, yo tenía la única prueba, y esa me involucraba en todo esto automáticamente, pensé que la noticia alertaría a todos, pero fue como si nada hubiera pasado, me revolvía la cabeza tratando de asimilar todo. Dan no estuvo en ningún momento, tampoco al salir de clases. Camino a mi casa me ponía a pensar.
No le había podido decir más cosas, aunque ella solo hubiera sonreído, me hubiese bastado con eso, pero yo podría ser el principal sospechoso.
Volví a mirar la foto, la guardaba en mi cartera, mirando el ángulo en el que fué tomada. Estaba parado justo en donde estaba situado en la foto, miré a donde debía de haber estado ella cuando la tomó, había algo en el suelo, brillando y cegando mi vista por el reflejo de la luz sobre ello, acudí a ver lo que era: Un pequeño amuleto, parecía de oro, con la forma de un escarabajo, preparando sus alas para emprender vuelo, ¿ella lo llevaba? No lo había notado, pero pudo haber visto algo después de la foto, lo que hizo que se cayera de ella.
El ruido de las hojas siendo golpeadas por el aire enmudecía mi capacidad de oír, pero el sonido de las hojas secas rompiéndose detrás mío se había vuelto más molesto y fuerte, al girar mi cabeza pude su silueta, y su rostro cubierto de una cámara instantánea, capturó mi expresión de asombro, acompañado del flasheo de la cámara.
Otra vez no supe qué decir, me quedé mudo nuevamente, mientras ella agitaba la fotografía para verla mejor, y al estar lista, sonreír.Se acercó a mí, tan cerca que hubiera podido tocar sus labios con los míos sin estirarme demasiado, noté que había cambiado de ropa, obviamente estaba segura dondequiera que ella dormía, estaba limpia y se veía muy felíz, pero interrumpí el silencio con una tonta frase.
-Me agradas.
Se alejó un poco como para tener una comunicación, pero no le salía palabra alguna, ella simplemente sonreía.
-Cómo estás? -Dijo ella al fin.
-¿Has pensado en escapar de aquí? Yo sí, pero escapar de esta realidad, de esta actuación del universo, quiero ver cómo en realidad nos vemos desde el espacio, si en realidad somos pequeñísimos átomos que se reproducen para formar un cuerpo mucho más grande, si en realidad somos los únicos seres que habitan este lugar, si hay alguna fuerza que nos controle, quiero saber cómo es que los humanos son en algunos casos tan simples que podrían ser asimilados como cabras siguiendo a un pastor, en este caso, sería a la muerte, ya que todo siempre acaba en ella, pero estoy bien, ¿Y tú?
-La anatomía del ser humano está compuesta de la unión de átomos y la reproducción constante de ellos, ellos también tienen sexo para ser cada vez más, tienen una forma extraña, como nuestro sistema solar, cuerpos circulares giran en torno a un centro, cabe la posibilidad que nosostros seamos algo similar a los átomos, que nuestra vida constituya otra más grande. -Respondió ella nunca dejando de sonreírme, y razonando cada vez que decía algo que podía ser real, su mirada así me fascinaba, y su manera de ver lo que yo había visto también.Entonces ahí comprendí que quizá sólo la buscaba para poder tener una conversación con alguien coherente, o platicarle cómo estuvo mi día, sin que ella cuestionara ni que hubiera alguna interrupción de por medio, le agradaba lo que decía y eso me agradaba de ella.
Llegué a pensar que ella no era real, una construcción de mi cabeza para mantenerme distraído con la ausencia de Fer, y sacar todo lo que tenía que decirle al mundo, se lo decía a esa probable creación de mis pensamientos, alguien creado por mí, idéntico a mí.La miré a los ojos, ella estaba completamente inmóvil, mirando a un vacío frente a ella, como si se hubiera apagado por completo. Me alejé, no sabía qué hacer, no sabía qué pensar, sin darle la espalda empecé a caminar hacia el camino de regreso, poco a poco se perdió entre la penumbra del lugar, cuando no la ví más, me dí la media vuelta y corrí hacia mi casa, quería que el día acabara ya.
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La Teoría del Amor
RomanceLa vida es un juego maquinado, tú eres el único que tiene vida, lo demás no importa, no hasta que alguien te hace creer otra cosa.