TWINS GAME [+18] [ADRINETTE][EDITANDO]

Nivel 13

Luka 

El silencio no siempre ha sido algo que me gustara, desde pequeño destestaba que los ambientes fueran tensos y reservados, de alguna manera siempre encontraba una manera de cambiarlo, pero ahora no quería hacer algo al respecto. 

No me encontraba en el mejor momento, ni tampoco podía pensar con claridad, acababa de hacer algo que iba en contra de mis principios—. ¡Auch! ¡Eso duele!. 

—Entonces deja de moverte, entre más me tarde, más te dolerá —Bufé, después de haber dejado a Marinette con Adrien, Chloe insistió en acompañarme, escusandose de que temía que algo me pasara y en cuanto llegamos tomó la decisión de auxiliarme, cuando insistí en que no lo hiciera. 

Fue inútil. 

—Solo son unos rasguños —Dije. 

—Si, lo son, ahora veo lo nena que eres —Sonreí—. Gracias al cielo que los golpes no fueron graves, estaba preocupada —Dejó de mover su mano, la miré con atención—. Gracias Luka —Levantó su rostro, en el pude ver la alegría y preocupación, sus celestes cristalizados por las lágrimas amenazando con salir y esa sonrisa tan genuina de ella, me hicieron embobarme. 

Tanto que no me di cuenta, cuando sus brazos rodearon mi cuello, me abrazó con fuerza y yo, no sabía como reaccionar, este tipo de gestos por parte de ella me confundían, me hacían ver una Chloe totalmente diferente. 

—Lo siento —Dijo cuando se separó, yo debí haberla dejado de igual manera, pero no fue así, mi mano se aferró a su cintura y mis ojos se plantaron en los suyos, buscaba descifrar las incógnitas de mi mente, buscaba entender que era esto que me atraía hacia ella. 

—Eres como... —Sus ojos no se despegaban de los míos, me miraban de una manera que no entendía—, un Angel... —Su mirada permanecía igual, no podía despegar mi mirada de la suya, quería saber más.

O tal vez quería averiguar lo que ella pensaba de mí. 

El momento fue roto cuando escuché el sonido de mi teléfono, pensando que era Marinette respondí. 

—¿Marinette? —Jane era quien estaba llamando, me había olvidado completamente de ella.

—Hola Jane —Chloe se levantó en seguida y me dejó solo, tal vez había sido mi imaginación pero no se le veía buena cara. 

—¿Estas en tu casa? —Frunci el ceño ante su pregunta—. ¿Marinette estas en tu casa?. 

—Si lo estoy. 

—Perfecto! Entonces puedo ir a dejarte unas cosas, estoy de paso. —Solté una pequeña maldición—. ¿Qué dijiste?. 

—No nada —Aclaré mi garganta—. Lo siento Jane, no puedo recibirte, ya estoy en cama y me muero de sueño, pero mañana te busco. 

Hubo un pequeño silencio, no sabía si se había cortado la llamada o si, si me habría escuchado 

—Bien, nos vemos mañana —Colgó, me quedé pensando, Jane había actuado extraño y algo no me estaba gustando. 

—Aquí tienes —Chloe dejó frente a mi un vaso con agua y una pastilla para el dolor.

—Gracias —Tomé el medicamento, mis ojos se desviaron a ella, quien estaba tomando sus cosas—. ¿A donde vas? 

—¿Cómo que a donde? Pues a mi casa, tú ya estás bien. 

—Ya es tarde, dejame acompañarte. 

—No es necesario, un amigo me contactó y está afuera esperándome —¿Amigo?—. Me levanté y camine hacia ella. 

—¿Qué amigo? —Chloe me estaba mirando incrédula—. Responde.