-¿Podrías tener cuidado?-me dijo una chica después de que la haya chocado.
Estaba cargada con demasiados libros como para poder verla, por lo que sólo me disculpé.-Lo siento.-dije para después seguir caminando por los pasillos de mi escuela, pues el profesor de mi clase me pidió que llevara a su oficina todos los libros que se encontraban en el escritorio, y eso me encontraba haciendo.
Trataba de palpar lo que había a mi alrededor para asegurarme de no chocar con nadie ni nada.
Hasta que sentí la puerta de la oficina, por lo que me detuve.
-¡Hyeri!-escuché la voz de Haechan decir desde lejos, pero lo ignoré, pues él siempre se burlaba de mí y era de esperarse que me botara los libros.
Sentí como sus pasos se iban acercando hacia mí.
-¿Me vas a ignorar?-dijo él tocándome la espalda, provocando que perdiera un poco el equilibrio.
-¿Cuál es tu problema?-dije para después ser interrumpida y escuchar como se abría la puerta de la oficina de mi profesor.
No pude ver pero sentí como el peso de los libros que traía iban disminuyendo, pues alguien había tomado la mitad.
-Te ayudo.-dijo un chico que no conocía o nunca había visto.
-Gracias.-dije algo nerviosa.
Después de haber colocado los libros encima del escritorio, el chico me sonrió a lo que yo me sonrojé.
-Dios mío Hyeri, calma tus hormonas.-dijo Haechan al lado mío para después rodar los ojos haciéndose el irritado, qué molesto.
Yo no dije nada, simplemente me quedé parada, pues tampoco podía pasar ya que Haechan tapaba la salida.
-¿Vamos?-le dijo Haechan al chico que me había ayudado, al parecer eran amigos.
Él asintió y siguió a Haechan afuera de la oficina.
En ese momento mi teléfono comenzó a sonar, no dudé ni un segundo en contestar.
-¿Hola?-dije sin ver el nombre del contacto, estaba demasiado distraída como para haberlo visto detalladamente.
-¡Hyeri!-Era Siyeon, una amiga que estaba en la misma escuela y no sabía ni para qué me llamaba si me podía venir a ver.-¿En dónde estás?
-Fui a dejar algunos libros a la oficina del profesor, me lo encargó.-dije algo desinteresada mientras salía de la oficina cerrando la puerta detrás mío.
-¿Te importa si nos quedamos un rato en los pasillos?-dijo ella casualmente, pues no le gustaba demasiado estar en clases.-Es que estoy aburrida.
-Como quieras.-dije y me encogí de hombros como si me estuviera viendo.-¿Nos vemos en el patio de juegos?
-Claro, te veo allí.-dijo ella animadamente para después finalizar la llamada.
Caminé lentamente hacia la zona de juegos que había en mi escuela, obviamente era para los más pequeños, pero a Siyeon y a mi nos gustaba ir.
-¡Aquí estoy!-dijo Siyeon acercándose rápidamente hacia mi para después darme un empujón en broma.
-Idiota ten más cuidado.-dije para después reírme.
Ambas fuimos a sentarnos a unos toboganes que habían cerca.
-Me duele demasiado la espalda.-reclamé al mismo tiempo en que me sentaba.-Llevar esos libros fue la peor decisión que he hecho.
Nos quedamos conversando bastante rato, no vi la hora pero el timbre de cambio de hora sonó unas tres veces.
-¡Ustedes!-escuchamos decir, a lo que ambas nos paramos rápidamente, era el inspector.
Maldije por dentro el momento en que se me había ocurrido saltarme clases.
-¿No deberían estar en clases en vez de conversar?-dijo él mirándonos feo.-Vayan a dirección ahora.
Ambas suspiramos pesadamente, estaba muy nerviosa pues yo era una alumna normal y muy pocas veces me enviaban a dirección, no como a Siyeon.
-Tranquila,-me dijo ella calmadamente para después darme unas palmaditas en la espalda.-no nos van a hacer nada.
Tal vez tenía razón, pero no.
El director dijo que nos teníamos que quedar en detención esa tarde, y yo tenía cosas que hacer, por lo que me moleste bastante conmigo misma.
Tomé mi celular y llamé a Lucas, estaba en clases pero supuse que contestaría, lo cual hizo.
-¿Hyeri?-me dijo de forma desinteresada, parecía distraído.-¿Qué quieres?
-No voy a poder ir hoy.-dije algo apenada, pues Lucas era mi novio, o algo así pues me había pedido un tiempo.-Me dieron detención.
-Como quieras.-dijo y después cortó la llamada.
No estábamos en las mejores condiciones, tenía claro que él se quería juntar para terminar conmigo, pero honestamente ya no me importaba, pues sabía que a él tampoco.
