Uno;

1.5K 170 10
                                    

Jeongguk no es realmente el tipo de persona que se niega a sí mismo las cosas. No es que sea impulsivo, solo que si ve algo brillante y bonito sabe que lo querrá para él, no se lo pensará dos veces antes de dejar caer una cantidad ridícula de dinero por ello.

Pero Jeongguk tampoco es desconsiderado. Cuando se trata de cosas importantes, le gusta mantenerse un poco más controlado.  

Cosas importantes como:

El mirar, solo observar a Min Yoongi como mastica ociosamente el borde de la yema de su pulgar mientras todos escuchan la reproducción de una pista. Realmente no está mordiendo, honestamente, solo pasa su dedo ligeramente en el suave color rosa de su boca. De vez en cuando, se lame la comisura de los labios, y Jeongguk ha pasado más que suficiente tiempo mirando fijamente que sabe que ya es un hábito. 

Sabe que Yoongi hace esto todo el tiempo, no cambia exactamente la forma en que atrae la atención hacia él, por ejemplo como el puchero que siempre hace. 

Cuando se trata de ese tipo de cosas importantes como el mantener los límites y la cortesía profesional y todo eso, Jeongguk se ha vuelto bastante bueno en dejarse llevar por el verdadero océano de sentimientos que tiene para Yoongi sin poder hacer algo  al respecto.

Excepto, el mirar fijamente a Yoongi.

Mientras él lo mira, Yoongi frunce el ceño. Se inclina hacia delante, y tiene la mirada en algún lugar lejano mientras escucha la pista.

—¿Creés que suena un poco aburrido? — Namjoon murmura, justo al lado de su oreja.

Jeongguk sale de su burbuja y mira ahora hacia namjoon —¿Qué?.

—La pista—, comenta y suena agotado. —¿Qué piensas?—.

Jeongguk duda.

Namjoon deja escapar un largo suspiro. —Tomemos cinco minutos— dice, tocando a Jeongguk del hombro.

—Si— Jeongguk está de acuerdo. —Buena idea.

Todavía sentado en la esquina con los pies escondidos en la silla, Yoongi agita una mano —Ustedes sigan adelante— dice —Voy a seguir trabajando en la pista. Oye, ¿podemos añadir algunas voces de apoyo aquí?—, Señala vagamente en la pantalla.

Jeongguk hace bruscamente una mueca, se levanta de la silla en el que está sentando y al tocar la perilla de la puerta del estudio, lo escucha.

—Hey, ¿a dónde vas?— Yoongi lo llama.

—Baño!— Responde, empujando la puerta.

En el baño, se mira en el espejo durante un minuto, se echa un poco de agua en los ojos, trata de no pensar en dónde más podría poner Yoongi su boca. La política personal de Jeongguk para las fantasías menos adecuadas era que después de oscurecer, todo vale, pero por el día tiene que tener todo bajo control. Y
Jeongguk lo tiene todo controlado, así que hace una mueca en el espejo y se dirige de nuevo al estudio.

Cuando regresa, es recibido por los demás miembros, con un Namjoon y un Yoongi teniendo una plática acalorada sobre la pista.

Yoongi le lanza una sonrisa que, francamente, es tan linda que Jeongguk quiere poner su puño a través de una pared. No solo eran pensamientos sucios acerca de como Yoongi la chupaba o de  pegarlo contra a una pared y besar el ceño fruncido de sus labios, también quería cargarlo en abrazos para protegerlo de todo o agarrar sus manos que siempre las tenía heladas y apretarlas hasta que estuvieran tibias o quería simplemente verlo actuar en el escenario para siempre; admirarlo, cautivarse por la increible energía y sencillez de Yoongi que emergía cada vez en los conciertos.

No resistí a no caer ante ti. [Kookgi] two shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora