dos y último;

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Más tarde después de que Jeongguk se fue, Yoongi decide que es una pesadilla absoluta de un ser humano.

No logra obtener los medios para cerrar la puerta después de que Jeongguk prácticamente se fue de su habitacion, así que, por supuesto, ahora no puede acomodar sus pensamientos, y solo recuerda la primera vez que vio a Jeongguk de otra perspectiva, ese día en el que Jeongguk se vistió usando sus pantalones de chándal colgados en sus caderas, llevaba un garrafón de agua prácticamente aferrado en sus manos, arriba de de su hombros derecho. Y él no pudo dejar de mirar la caída de sus omóplatos, el músculo obvio cambiando con cada paso. Y luego Jeongguk levantando sus brazos a mitad de camino por el pasillo.

Poco consciente de que su cara se está quemando de nuevo, Yoongi vuelve en sí, luego se tira a la cama.

—Mierda, Jeongguk—, murmura en el aire, arrastrando las manos hacia sus ojos.

El problema es que no sabe si es por el peso de la confesión de Jeongguk que todo está brillando delante de sus ojos ahora, miles de momentos jugando en una luz diferente, más brillante y más abrumadora.

Claro, Yoongi siempre ha pensado que Jeongguk tiene el tipo de sonrisa que te ilumina de adentro hacia afuera, demasiado exuberante como para ignorarlo. 

Y también, la tranquilidad de Jeongguk siempre ha significado mucho para que Yoongi se sienta más cómodo relajándose y siendo ridículo a su alrededor. 
No es como si Jeongguk estuviera a punto de juzgarte o reírte de ti por parecerte tonto, después de todo.

Y, no es que Yoongi no lo haya pensado momentos antes, como cuando se quita la alegría, cuando todos están cansados ​​y frustrados, Jeongguk corta su mirada como un látigo, y Min a veces piensa en besar esa misma oscuridad fuera de él.

Y Jeongguk siempre ha sido un buen amigo.

Yoongi gime, empuja el talón de sus palmas lo suficientemente fuerte en sus ojos para ver las estrellas.

Piensa en el destello de los dientes de Jeongguk que lo hacen ver como un conejito, cegador.

Piensa en la forma en que se preocupa, como si no significara nada, como si tuviera mucho que dar y es natural compartir de ese calor.

Piensa en su energía ilimitada.

Piensa en cómo se está moviendo antes de que alguien sepa a dónde ir, qué tan fácil lo hace lucir, la parte de levantarse, la parte decisiva. 

Piensa en como se sienta tan relajado cuando está él.

Piensa en Jeongguk. Piensa en Jeongguk. Piensa en Jeongguk.

Yoongi se da otro momento para revolcarse, se queda allí mirando al techo y sintiéndose mareado.

Luego de mucho pensar, se levanta de la cama, para buscar a Namjoon.

Namjoon se encuentra en la cocina. Yoongi hizo una vuelta completa de la casa, finalmente lo encuentra.

—Oye—, grita Yoongi, saltando  al lado de Namjoon.

Namjoon lo mira, levanta una ceja, se quita el auricular — ¿Sí?, Pregunta.

—¿Alguna vez has pensado en querer dormir con Jeongguk?", Le dice Yoongi.

Namjoon abre la boca, luego la cierra.

—Q-quiero decir—. Dice rápidamente Min, —hipotéticamente. ¿has pensado en querer dormir con alguno de nosotros? Como, ya sabes, oye, Jin tienes un buen culo, si no estuviéramos juntos como el grupo de chicos más grande del mundo, ¿tal vez me gustaría hacer eso?—.

No resistí a no caer ante ti. [Kookgi] two shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora