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¡Mátame de nuevo! ¡Destrúyeme! Rómpeme de nuevo, que esta vez si estoy preparada, lo merezco.

Cuando creí que estábamos bien, cuando creí haberme reconstruido después de lo que hice, de lo que nos hice. Ahora ya no importa. Arruiné todo enormemente, no hay arreglo ni vuelta atrás. 

Apenas puedo sostenerme, todo mi cuerpo tiembla y se estremece, todo es pesado y soy débil. ¿Quién podrá sostenerme, ahora que peso mas que nunca? Ahora lloraré hasta secarme, moriré dolorosa y lentamente, y disfrutaré de ello. Te lastimé, cometí el peor error, ahora fui yo quién te destruyó.

Ahora seré un espacio vacío, un cúmulo de ideas y sentimientos sin sentido. Ya no tiene caso arreglar esto. Nada será como antes. Y no espero que lo sea, pues yo arruiné esto y debo enfrentar las consecuencias.

Al final, caí sola por el infierno abismal. No me lanzaste, pero tampoco me rescataste. Porque después de todo, fui yo misma quien se lanzó al vacío.


Cartas a mi MadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora