He de contarte lo que vi, recuerdo como sucedió aquella noche, el cielo despejado, la luna estaba menguando en ese entonces y su brillo platinado bañaba las frías arenas, un viento seco y helado sopló alzando aquellas finas partículas y dando la sensación de que el mismo espíritu del desierto estaba dando la espalda a aquel hombre, tenía heridas abiertas a causa del filo de los sables cortos de aquella misteriosa figura que perseguía, hasta la fecha no entiendo ¿Por qué buscó enfrentarse? ¿Por qué quiso tomar su espada y lanzarse a las garras de la muerte? Si que fue un hombre infortunado, cualquiera con un poco de cordura se hubiese retractado.
“Esta es mi batalla, no puedes entender” fue lo ultimo que me dijo antes de salir al encuentro, y en efecto no pude lograr entrar en su razón extraña, el porqué deseaba aferrarse a la muerte de igual forma que a la vida, parecía que nada le importase. No vi batalla tan fiera que derramara tanta sangre de solo dos hombres: un corte al pecho, una estocada al costado derecho, una patada en las rodillas y un corte diagonal en un brazo, uno perdió media mano izquierda y el otro la visibilidad de un ojo, esto solo podría describirse de una forma: Masacre.
-¿Por qué me dices eso?–le pregunté a aquel hombre que sosteniendo una espada me miraba a los ojos.
-Por una sola razón, Valher –dijo alzando la mirada al cielo
-por que esta noche me recuerda aquel suceso de mi niñez, la luna que mengua, el frío de la noche, la arena platinada por la luz…
-¿Y ya entendiste por que aquellos dos pelearon?
-Si –le dijo seriamente- por que el corazón de un guerrero se ve tal y cual es frente a los ojos de un rival, aquel que se aprecia y estima, aquel que luchó a tu lado y está dispuesto a morir, ese guerrero que con solo una espada o alguna arma logre llegar más allá al igual que uno; aquel hombre o mujer que no ve su espada como un arma cualquiera, sino como una extensión del mismo ser. Solo con él se merece pelear frente a uno. Sólo tu contra el.
-Ya veo… ¿Entonces deberiamos comenzar ?
-Desde hace mucho tiempo que espero sin darme cuenta, Mahok, desde hace mucho tiempo…Así fue como los dos se lanzaron al combate, sin armaduras y de pies descubiertos, en sus manos una espada simple de un solo filo, la luz de la hoguera iluminaba un poco. Debían ser rápidos para esquivar, y letales para embestir. El fuego de sus corazones irradiaba, y el fulgor del alma se expresaba en su mirar, no era odio, no era venganza, era pasión… Pasión por la batalla entre dos amigos. Valher se lanzó fuertemente para embestir con su hombro, pero la esquiva de Mahok fue rápida y precisa, que logró acertar un corte en la mano donde sostenia la espada, tan dolorosa la herida que liberó del agarre de aquel guerrero soltando su arma. Valher rápidamente bajó y de una potente patada en el pecho lanzo a más de un metro y medio a su rival, aprovechando asi para tomar su espada con la mano izquierda.
-Bien, esto no será Justo–exclamó Mahok- Para estar iguales usaré mi mano izquierda como tu. Como todo guerrero sabe, la espada debe dominarse sobre ambas manos, y el honor de estos dos combatientes era tal que nadie debía estar en desventaja. El combate se alargó por un par de eternas hora, ambos estaban maltrechos, heridas en el pecho y espalda, en los hombros, cortes en el rostro; la sangre cubría una gran área de la arena, y mucha de ella estaba adherida al cuerpo herido de los guerreros.Estaban nuevamente frente a frente retomando el aliento mientras sus miradas seguían más fulgurantes que de un inicio.
-¿Código Cero? –Dijo Valher Sorniente.
-Código cero –reafirmo Mahok.
Ambos lanzaron sus armas lo más lejos posible. El código Cero es el código inicial del guerrero del desierto, el cual si ambos combatientes lo proclaman, están dispuestos a pelear mano a mano hasta terminar el combate, y así fue. Mahok se lanzo ferozmente sobre Valher, el cual corría contra su oponente. Fue un choque total, los puños golpeaban con fuerza sus rostros mientras intentaban cubrirse con sus manos manchadas de arena y sangre, Valher acertó fuertemente un gancho en el rostro, la fuerza recibida por su enemigo lo empujaría al suelo. La victoria inminente bajo la guardia y alejandose un poco escucho los quejidos y las huellas sobre la arena que dejaba su compañero. Se miraron con aquel brillo intrépido de una bestia de guerra. Corrieron con todas sus fuerzas, un solo golpe acertaron ambos, uno golpeó sobre el vientre y otro sobre el Rostro sin siquiera inmutarlo respondió con otro gancho al vientre, otro más, cinco golpes consecutivos al estómago y un fuerte cabezaso hizo que ambos cayeran sobre la arena, exhaustos. Mahok fue el único que se levantó. Cubrió su rostro del dolor de aquel golpe y seguido observó a su contrincante vencido, caminó por las armas de ambos, se acercó a Valher y cruzando las dos espadas hacia la luna lanzó un grito de victoria. Clavó ambas espadas en la arena y tomando sobre sus hombros al otro guerrero lo llevó hacia la aldea para buscar quien los sanara…
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El Duelo
Short StoryDos guerreros, dos espadas, la Luna iluminando la arena del desierto... Un relato corto que te sitúa en un enfrentamiento entre dos guerreros del desierto, la verdad será revelada y la sangre sera derramada por honor... Sin más que poder decir, para...