Fueron las dudas y el temor
las que anidaron mi razón
y así me vi envuelto entre tinieblas
vino a mi mente un resplandor
sentí del fuego su calor
y conocí una esperanza nuevaEsqueje.
Se secó las lágrimas con la manga del abrigo, no le preocupaba mucho mancharlo. Se sentía la mujer más desgraciada del mundo. Se sentía mezquina y estúpida.
Allí resguardada en la falsa intimidad que podía brindarle aquel parque, lloraba una pérdida. Hacía más de un año que no acudía a sollozar en aquel lugar... hacía un año que ciertas cosas habían perdido su importancia y había dejado de tener motivos para llorar.
Y ahora estaba allí sin poder contener las lágrimas, sin poder sosegarse. Estaba a punto de ahogarse en su propio llanto.
Y hoy lloraba por una razón distinta que antaño.
Lloraba su pérdida, lloraba porque le había perdido para siempre por su cobardía, por su egoísmo. No podía creer que todo hubiera acabado entre ellos... de forma tan abrupta, tan inesperadamente violenta.
Esa mañana se había levantado de la cama feliz, sabiendo que aquella tarde habían arañado un poco de tiempo para poder estar juntos, para poder acariciarse, para besarlo, tocarlo... para poder amarlo sin tapujos.
Pero por primera vez, él le había pedido algo. Por vez primera, él había puesto condiciones y ella había huido.
¿Pero qué te creías, que él iba a estar así hasta la eternidad? ¿Hasta cuándo pensabas abusar de su nobleza?
Y ahora era incapaz de recomponer su corazón roto.
Se dobló agarrándose el estómago con fuerza, llorando a raudales, dejando escapar de sus labios varios gemidos lastimeros, dejando escapar todo el dolor que sentía.
Tenía que llorarle allí porque en su casa no podía... en casa estaba él.
Las lágrimas brotaban de sus ojos, caían a borbotones a través del aire antes de estamparse contra la tierra.
Jamás había llorado así por nadie... siquiera por Ron.
Lo suyo con Neville comenzó de una manera extraña. Jamás se planteó siquiera a Neville como hombre. Jamás pensó en él de esa forma, hasta la noche que la besó bajo la luz de aquellos relámpagos.
Aquel beso robado le recordó cómo se sentían los verdaderos besos, esos que se dan con pasión, esos que te dan una descarga eléctrica por todo el cuerpo, desde las entrañas.
Esos que te erizan la piel sólo con recordarlos.
Hacía mucho tiempo que no se había sentido así, deseada, apreciada...
Ella hacía mucho que no se sentía así al ser besada por Ron, al contrario. Había veces se le figuraba que su lengua era el lomo viscoso de un sapo. Había aprendido a besarle sin sentir nada, acostumbrándose a la indiferencia que le trasmitía su cuerpo.
Era mecánico, carente de pasión, inerte.
Pero aquel beso... aquel inesperado beso dado por esa persona, abrió un mundo totalmente nuevo para ella.
Al principio había pensado en hablarle claro, plantear el problema de cara y dejar dicho que aquello no podía volver a repetirse. Ellos no podían besarse por los portales como estudiantes de instituto, ambos eran adultos y ella tenía sobre sus hombros una carga bastante pesada, que no debía ignorar jamás.
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La arista del triángulo
FanfictionUn anhelo, un deseo por realizar... sabía que debía apartar los ojos de ella, pero ya era demasiado tarde. Ella estaba casada con otro. Hermione/Neville