1: Un Todoroki aquí, un Todoroki allá, un Todoroki te saludará (?)

1.6K 164 50
                                    

El reloj marcó las 9 de la mañana, el sol ya se filtraba por el lujoso departamento, y un hombre maduro se levantaba de la cama, observando quien lo acompañaba en su lecho; un joven rubio, de buen cuerpo y estatura promedio, que dormía como un rey, un rey tirano; todo era un desastre por la noche anterior, ambos terminaron durmiendo sobre el colchón desnudo, las sabanas estaban todas en el suelo, a la espera de ser recogidas por las pobres, aunque muy bien pagadas, amas de llaves. Solo una colcha los cubría, y a medias, gracias que era verano el calor les permitía dormir desnudos y amanecer de la misma manera.

"Se suponía que ya no lo vería más", pensó el hombre, mientras se inclinaba para darle un beso en la mejilla a su acompañante.

—10 dólares por beso, corazón —murmura el rubio mientras aleja con su mano el rostro— tu barba pica, quítatela —ordena tranquilamente, mientras gira, colocando su rostro en el lado contrario de la almohada, su cuerpo se explaya por toda la cama, como si fuera suya; y es más suya, al igual que un gato que reclama todo para sí, parece que todo ese apartamento le pertenece ahora. El hombre no pierde detalle, de ese trasero redondo, de esas piernas, de esa figura que él llama "infernal" y de la que no puede escapar.

—¿Acaso tengo que pagarte por todo? —le recrimina con ligero hastío, rodando los ojos.

—¿Tenías que venirte en mi interior, cuatro veces anoche? —le responde con voz baja, suspirante, es obvio que ha despertado, pero quiere seguir durmiendo.

—Cómo sea, ¿qué quieres desayunar? No digas pollo frito.

—¿Eh? ¿Por qué no? ¿Temes que engorde? Con todo el sexo de jinete que me obligas a hacer ya ni necesito gimnasio —el hombre mayor sonríe al escuchar eso, parece reírse— Este trasero no está así por nada —dice mientras el rubio de da unos pequeños golpes—. Quiero un omelette, jugo fresco de manzana, un coctel de frutas frescas, sopa miso y un pudin.

El hombre mayor se llama Enji, y el otro responde al apodo de Hawks. No, Hawks no es un prostituto, es lo que hoy en día se conoce como "suggar baby", aunque seguramente le quedaría mejor algo como "suggar asshole" o "el tipo que hace de todo pero exige ser mantenido", contrario a tener sexo, pagarlo y que todo acabe, Hawks permanecía en la vida del gran empresario, iba con él de vacaciones, tenían citas, salían a cenar, y de hecho, eran una especie de "pareja", una pareja donde uno de ellos exige los mejores lujos, entre otras cosas. La broma de "10 dólares por beso" era algo habitual de ellos, pero debe saberse que muchas veces Hawks dejaba en claro que, tras el sexo, esperaba algo a cambio, desde ser llevado de compras, hasta un pequeño viaje, o algún lujo de cualquier tipo. Para ganarse la vida Hawks era modelo, reconocido en la industria de la moda. Sus trabajos eran "por temporada" le dejaban buena paga y le daban bastante tiempo. Su manager insistía en que podría tener el triple de trabajos si quería, pero el rubio respondía que "Entonces no tendría tiempo para la familia".

—Enji~ ¿Ya está mi desayuno? ¿O tengo que ir a buscarlo?

—Eres un mimado descarado —le recrimina el pelirrojo— Ven a desayunar si lo quieres.

—¡Uy! ¿Estás de mal humor? Pero si dormimos muy bien~ —Hawks sale de la cama, desnudo se pasea por el apartamento, no le importa estar así, a fin de cuentas, están en un pent-house; caminó hasta la cocina, donde encontró a Enji cocinando, era bueno con las tareas de casa, era bueno en muchas cosas, el sexo, por ejemplo. "No me dejaría manosear por cualquier anciano después de todo", piensa Hawks, quien guarda cierto afecto por el mayor, pero no termina de colocarle en el primer lugar de su corazón. Además, sería demasiado dramático si cambiara las cosas de pronto, ¿ser una pareja convencional y acaramelada? Quizás después estaría bien, tampoco es que a Hawks le da igual lo que ocurra con Enji, y en el futuro quizás podría darle su atención, de momento debía dedicarle tiempo a su pequeño polluelo que lo esperaba en casa.

Suggar DevilsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora