Capítulo 9

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Gaius entró en la habitación de Merlín esa tarde. Ella todavía estaba en la cama, revisando para uno de sus exámenes. Arthur finalmente se había ido hace una hora para ducharse y comer algo. Él no se había apartado de ella desde que se derrumbó. Seguía insistiendo en que necesitaba compensar casi por accidente matando a Merlín. Le refrescaría el vaso con agua cuando ella lo hubiera vaciado y preguntaba si había algo que pudiera hacer para que se sintiera cómoda. Esto divertía a Merlín desde que un príncipe estaba esperando a un plebeyo como ella. Merlín pensó que cuidarla era suficiente, ya que en realidad no era culpa suya que casi había muerto. Por su petición, Arthur le dio un recuento de los eventos de la noche anterior. Las partes con gritos y ojos tenían a Merlín preocupado. Ella vagamente recordaba haber tratado de curarse a sí misma, pero fue en vano. Arthur no parecía que supiera qué hacer con todo.

"Hola, Gaius", dijo Merlín, bajando sus notas de estudio. "No sabía que eras médico de la realeza".

"Lo estoy", Gaius no se veía exactamente feliz de ver a Merlín. "¿Como te sientes?"

"Mucho mejor", la sonrisa de Merlín se estaba desvaneciendo ya que Gaius no estaba siendo su persona amistosa habitual.

"Bien," Gaius frunció el ceño. "¿Y por qué has olvidado decirle a Arthur sobre tu magia?"

"Eh?" Merlín parpadeó.

"Anoche, Arthur estaba preguntando sobre tus pequeños ataques mientras estaba bajo el encantamiento como si no supiera nada acerca de tus habilidades mágicas. Finalmente me di cuenta de que no le habías dicho nada".

"Pensé que no debía decirle", se defendió Merlin rápidamente. "Pensé que dijiste-"

"Merlín", dijo Gaius con calma. "Te dije que lo vigilaras pero que nunca le ocultaras tu magia. Mantenerla oculta al público está bien. Pero como te dije hace meses, la familia de Arthur ha tratado con la magia durante siglos, incluso en este día y edad. Si uno de sus amigos era un hechicero, no importaría aquí ni allá mientras no trataran de matarlo. Esta no es la edad media, niña ".

"Entonces, ¿por qué no se lo dijiste?", Merlín se cruzó de brazos.

"Sentí que no era mi lugar", respondió Gaius y también se cruzó de brazos. "Te sugiero que se lo digas con el tiempo. Sin duda te hará la vida más fácil cuando haya problemas. No es de extrañar que parecieras tan exasperado cuando algo buscaba a Arthur. Él podría haberte ayudado".

"Decirle que no será fácil", dijo Merlín en voz baja, dejando que sus brazos se desplegaran. "No le va a gustar que le haya estado mintiendo durante meses".

"Depende de ti cuándo y cómo lo haces", sonrió Gaius. "Y con la lealtad y el cuidado por ti que vi en ese chico la noche anterior, no creo que se pueda asustar fácilmente".

Gwen parecía estar en la nube nueve. Prácticamente flotó en la habitación de Merlín esa noche y se dejó caer al final de la cama con un suspiro melancólico.

"Tuve unas vacaciones maravillosas", sonrió Gwen. "¡Lance me llevó a esquiar en Suiza para Año Nuevo!"

"¿Suiza?" Repitió Merlín.

"Mhmm," Gwen asintió. "Resulta que sus padres son el duque y la duquesa de algo o de otro y tienen una elegante cabaña en los Alpes. Fuimos a esquiar en la víspera de Año Nuevo, me hizo cenar y nos acurrucamos junto al fuego el resto de la noche. . "

"Ustedes dos estaban allí solos?" Merlín levantó una ceja sospechosa y miró por encima de sus gafas.

"Sí", dijo Gwen simplemente y luego se dio cuenta. "¡Oh, Lin! Tienes una mente sucia".

Así que nos volvemos a encontrar.Arthur y femMerlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora