« B i c o l o r »

f o u r

Atravesamos el pasillo a paso rápido, Félix halando mi mano, Abby a mi lado y Fede y Lily detrás.

—Realmente no creo que esto sea necesario, yo-

Félix se volteó hacia mi, poniendo un dedo sobre mis labios.

—Sh, quiet, girl.

Apreté los labios en una fina línea.

Podré ser callada, tímida. Incluso sumisa si quieres verlo así.

Pero me estaba hartando, en serio hartando, de que el chico algodón de azúcar me callase a cada rato.

—¿Y por qué no te callas tú?—escupí.

De inmediato llevé mis manos a mi boca.

No quería decirlo así.

Félix parpadeó un par de veces, dando un paso hacia atrás.

Entonces rió, alzando una ceja.

—Feisty, me gusta—volvió a reír—. Está bien, me callo, pero entonces nos callamos todos y seguimos caminando antes de que...you chicken out, dear.

Fruncí el ceño, cruzando los brazos mientras lo miraba sin demasiado cariño.

—¿Me estás llamando cobarde?

—No—respondió con rapidez, hizo una pausa y sonrió con cierta burla—. Aún.

Sentí mi sangre arder.

Más le valía dejar de decir cosas así si es que quería que ese cabello le durase pegado a la cabeza.

—Esto...¿Y si dejamos de discutir?—intervino Fede, tomando con sumo cuidado el brazo de Félix y jalándolo lejos de mi.

—¡Sí, tenemos cosas más importantes que hacer!—regañó Abby, tomándome por el brazo y acercándose a mi—. Descuida, se pone algo pesado está emocionado.

—Pues no me agrada, y ésta idea tampoco—me tembló la voz—. Agradezco que quieran ayudarme pero no es el momento.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa?—la pelirroja lucía algo decaída.

Suspiré, la miré a los ojos y luego a la mano que sostenía aún mi brazo.

—Abby, en serio no quiero esto—musité—. No sé qué es lo que quieren hacer pe-pero yo...Apenas conozco a Loon hace un par de semanas y sea lo que sea que vayan a hacer tengo miedo de-de que lo asuste.

Abby sonrió.

—Vale, yo le digo a los chicos. Tú deberías irte a clase.

Parpadee un par de veces.

¿Así? ¿Sin más?

Abby hizo un gesto con su mano, como diciendo que me fuera.

Fruncí un poco el ceño, pero asentí, esperando un poco antes de comenzar a caminar hacia mi salón.