Capítulo 06

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Después de un agradable recorrido por el Callejón Knockturn, el señor Lucius y su hijo se encontraron con la señora Narcissa en el Callejón Diagon.
Los esposos Malfoy dejaron a su querido retoño en una de las tiendas de dicho Callejón. Aseguraron pasar por él en cuanto terminaran de hacer las demás compras.

-Hola. - Dijo Draco. - ¿También vas a Hogwarts?

-Sí- Respondió un muchacho delgado de estatura baja, tenía gafas redondas por encima de unos ojos preciosos color verdes. Su cabello negro azabache estaba un poco despeinado, pero aun así lucía muy bien con aquel flequillo cubriendo casi la mitad de su frente.

Draco se encontraba parado sobre un escabel en la tienda de "Túnicas para todas las ocasiones". Llevaba puesto una larga túnica negra llena de alfileres, los cuales fueron colocados por la bruja Madame Malkin. La señora regordeta y sonriente era dueña de la tienda. Además le confiaron al rubio para que le tomara las medidas de su futuro uniforme.

-Mi padre está comprando mis libros en la siguiente tienda, y mi madre ha ido calle arriba para ver las varitas. Tengo pensado llevarlos a mirar escobas de carrera y le exigiré a mi padre que me compre la última modelo. Aunque no nos permitan escobas a los de primer año, igualmente la meteré a la fuerza de manera ilegal. - Draco notó una mueca en el otro muchacho pero no le dio importancia. - ¿Tú tienes escoba propia?

-No- Respondió el chico.

-¿Juegas al quidditch?

-No- Respondió nuevamente el joven mostrándose pensativo.

-Yo sí. He jugado muchas veces, soy tan bueno que papá asegura que me darán un puesto en el equipo de mi casa. ¿Ya sabes en qué casa vas a estar?

-No.

-Nadie lo sabrá hasta que lleguemos al colegio, pero tengo la seguridad de que perteneceré a la casa de Slytherin porque toda mi familia ha estado allí. No me quiero imaginar estar en Hufflepuff, sería horrible ¿No te parece?

-Mmm- Contestó el muchacho.

El rubio lo miró aburrido esperando una respuesta más interesante, pero de pronto sus ojos se abrieron como dos platos redondos mirando burlonamente hacia la vidriera de delante. Hagrid estaba parado con dos helados en sus manos, lucía mal ante los ojos de Draco, el cual no dudo en criticarlo. Inmediatamente el muchacho con gafas lo defendió indicándole que era su acompañante porque sus padres habían muerto.

-¿Cuál es tu apellido?

Antes de que el chico respondiera, Madame Malkin le indicó que había terminado su trabajo y a toda prisa bajó del escabel, antes de salir Draco se despidió de él.

-Bien, te veré en Hogwarts, supongo - Pensó en su próximo movimiento, estaba seguro que esta era su oportunidad.

Cuando el muchacho se fue, Draco pudo observar a Madame Malkin dirigirse al despacho por unas notas.

-¡Vaya! ¡Se le olvidó decirme su nombre!

Salió a toda prisa mientras escuchaba un "¿A dónde va señor Malfoy?". Su corazón latía violentamente en su pecho y comenzaba a sentir arder todo su cuerpo. La adrenalina aumentaba con cada paso que daba. Se encontraba corriendo desesperadamente por las calles del callejón Diagon como si no hubiera un mañana. Su respiración empezaba a alterarse, estaba experimentando una anormalidad en sus vías respiratorias, a punto de hiperventilar.

Cuando no sabía cuánto más podrían soportar sus pies, sintió una mano helada agarrar su muñeca. Un señor encorvado lo detuvo para ofrecerle unos productos que sostenía sobre una cesta de junco. Era calvo, tenía una nariz ancha y una barbilla muy pronunciada. Sus ojos denotaban un brillo de perturbación y su rostro se manifestaba nefasto.

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2018 ⏰

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Incesante lucha contra las emociones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora