ÚNICO。

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Todo era un caos. Personas corriendo sin control cubriéndose inútilmente con las manos encima en la cabeza de las gotas, con gran consistencia, de lluvia que caían sin cesar desde hacía ya un par de horas.

Otros en autos haciendo sonar el claxon repetidas veces con desespero por no poder llegar pronto a sus respectivos hogares, logrando sólo contaminación auditiva.

Si bien se consideraba un amante del invierno; el frío, la Navidad, su cumpleaños, chocolate caliente, poder tomar éste como pretexto para ser, aún, más cariñoso con su novio y todo lo que conllevaba esta época del año, de lo que nunca disfrutó fue de las fuertes lluvias y vientos que trae consigo.

El no tener un auto y que los transportes públicos estén al tope de personas obligándolo a correr para llegar rápido al apartamento que compartía con su pareja para mojarse el menor tiempo posible y así tratar de evitar un resfriado, tomando en cuenta su poca condición física, sólo hacía su día un poco peor. Se reñía internamente por no haber hecho caso al noticiero que todas las mañanas veía con una taza de café antes de ir al trabajo, y cargar un paraguas como recomendaban por posibles lluvias.

Estaba esperando ansioso el momento de reunión con su hermoso novio, para que éste lo abrazara y le diera mimos hasta que ambos quedaran profundamente dormidos.

Se motivaba con ese pensamiento para seguir corriendo y no dejarse caer ante el sentir de sus largas piernas fallar y temblar, su respiración irregular y el tiritar que salía de sus labios ante el inmenso frío que sentía aún con el gran abrigo que portaba.

☂☂☂

Cerró los ojos por algunos segundos tratando de regular su respiración, con las palmas apoyadas en cada rodilla, al abrirlos vió las pequeñas gotas de agua resbalar por su cabello cayendo en el piso de baldosas blancas del pasillo del edificio en el que se encontraba su apartamento en el cuarto piso, creando un pequeño charco.

Sacó las llaves de su bolsillo trasero y cuando se disponía a abrir la cerradura, la puerta se abrió dejando ver a un lindo chico azabache con un pijama azul marino con rayas blancas, una camisa blanca tallas más grande que la suya y una sonrisa adormilada.

ㅡHola, Tae.– sonrió un poco más dejando apenas ver sus dientes.

ㅡBuenas noches, bebé.– contestó echándose el cabello mojado hacia atrás con una mano, esbozando una sonrisa y entrando al departamento.

ㅡ¿Mucho trabajo?– preguntó distraídamente mientras ayudaba a el otro chico a quitarse el abrigo empapado.

ㅡMucho trabajo, mucho estrés, mucho frío, mucha lluvia... y te extrañé todo el día.– enumeró el mayor con los dedos haciendo un leve puchero.

ㅡPobre bebé.– contestó en tono tierno y a la vez divertido.

ㅡQuiero mimos.– ordenó TaeHyung.

ㅡPrimero date un baño, hueles a perro mojado.– dictó riendo suavemente, frotando su nariz con la de el contrario, aquella que tenía un lindo lunar, que por alguna razón el mayor odiaba, pero en cambio él amaba.

ㅡComo ordene, capitán.– contestó haciendo señal de militar, sacando el pecho, y poniendo la mano recta en su frente logrando que JungKook soltara una risa más fuerte.

ㅡTe esperaré en la cama entonces.– besó brevemente sus labios para luego irse hacia la habitación.

Kim no perdió el tiempo y se encaminó a la ducha rápidamente, desprendiéndose de todas las prendas mojadas restantes y abriendo la llave del agua caliente. El baño no tardó en llenarse de vaho, empañando el espejo que se encontraba colgado arriba del lavamanos.

Se metió a la ducha y sintió un escalofrío recorrerle la espalda al momento en que el agua caliente chocó con su piel fría, cerró los ojos disfrutando del calor. Tomó el shampoo del mueble de plástico que se encontraba dentro de la regadera, vertió un poco sobre su palma y lo llevó hasta su cuero cabelludo comenzado a masajear con ambas manos sintiendo que se desestresaba ligeramente, repitió el proceso pero ahora con acondicionador prosiguiendo por llenar de jabón la esponja y tallar su cuerpo con ésta.

En menos de quince minutos se encontraba en la habitación con una toalla en su cintura, ya con el cuerpo y los dientes limpios, buscando ropa limpia qué ponerse para cubrir su casi desnudes.

JungKook se encontraba sentado en la cama con la espalda recargada en la cabecera de ésta leyendo un libro de ciencia ficción.

Buscó entre sus cajones y sacó un pijama rojo, un bóxer negro y una camiseta holgada de algodón color gris, se los puso y de un salto se metió entre las cobijas abrazado con las piernas y brazos a su novio.

ㅡJungkookie~– llamó el mayor en tono infantil abrazándose aún más a él.

ㅡMi amor~– respondió en el mismo tono el menor dejando el libro sobre la mesita de noche al lado de la cama, volteando hacia el mayor para recostarse también y así poder abrazarlo como él lo hacía.

ㅡQuiero mimos.– ordenó por segunda vez en el día cerrando los ojos.

ㅡComo ordene mi bebé.– respondió comenzando a acariciar el cabello del mayor mientras que con la otra mano le levantaba sutilmente el rostro del mentón para repartir besitos por toda su cara: en la punta de la nariz, en las mejillas, en la frente, en la comisura de los labios, en los párpados y finalmente un pico en los labios.

TaeHyung soltó un bostezo y se acurrucó más en los fuertes brazos del menor. Éste siguió acariciando el suave cabello de el castaño, meciéndolo un poco como si de una cuna se tratase.

ㅡTe amo tanto, Kookie.– recordó en tono perezoso ya con los ojos cerrados pero manteniendo un esbozo de sonrisa.

ㅡY yo a ti, Tae. No te imaginas cuanto.– respondió continuando con las caricias, ahora más lentas.

ㅡHasta mañana, amor.– se despidió antes de dejarse caer por el sueño, cansancio y lo bien que se sentían las suaves acaricias en su cabello.

ㅡBuenas noches, bebé.–  cerró los ojos, sintiéndose tranquilo y cálido ante el abrazo de su hermoso novio.

RAINY DAY ; KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora