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INT/DÍA/HABITACIÓN

Nada de lo que había aprendido durante 16 años era real, todo es parte de un juego, de un sueño, todo lo que consideramos verdadero no es más que una ilusión que nos mantiene dormidos, que nos aleja de lo que en verdad somos, me costaba aceptar la idea pero tenía todo el sentido del mundo, y es que dejarse llevar por las emociones no es más que otra manera de estar en esclavitud. 

Me negaba a creer que lo que sentía era todo menos amor, el amor es puro, incondicional, libre de toda culpa, de todos celos, de todo miedo, el amor va más allá de sentimientos, es la ausencia de miedo, de ego. 

Mi mamá siempre había sido esa persona que me afectaba de todas las maneras posibles, que solo con una palabra podía hacerme cambiar de opinión, me hacía dudar, llorar, pero ella no tenía la culpa, y es que poco a poco fui entendiendo que todo lo que me afectaba de los demás no era más que un reflejo de lo que debía trabajar en mi misma. 

También fui entendiendo que ya estoy llena de amor y que ese amor es suficiente, soy hermosa, maravillosa y estoy completa, justo por el hecho de ser yo misma y eso nadie me lo podía arrebatar. Desde pequeña te meten la idea de la princesa que es salvada por su tan esperado príncipe azul, te dicen que para realizarte como mujer debes casarte y tener hijos, y una mujer es mucho más grande que eso, una mujer empoderada representa amor, valentía, esfuerzo, las mujeres somos capaces de salvarnos a nosotras mismas y de darnos todo el amor que merecemos, cuando aprendamos a hacer eso, nada ni nadie tendrá el poder suficiente para afligirnos o utilizarnos o destruirnos. 

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⏰ Última actualización: Dec 02, 2018 ⏰

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