Una interesante propuesta.

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Mía, era una chica sencilla, paciente, podríamos definir su carácter actual como flemático hacia los hombres y dedicado al trabajo y al estudio. Físicamente era delgada, alta y esbelta, de pelo promedio, piel morena y ojos claros, podríamos definir su físico como sexy, agregándole a todo eso su rostro hermoso, y su mirada, que te mirara seriamente, era que una ráfaga de fuego entrara por tus ojos y se atreviera conquistar tus pensamientos, aunque podía intimidar a otras personas. Era fácil que a cualquiera le gustara Mía y difícil era que alguien no se enamorara de ella. Vivía en Santo Domingo, era estudiante de otorrinolaringología, llevaba casi tres años especializándose, y trabajaba medio tiempo en un hospital mientras casi se recibía.

Mientras iba caminando por la acera, chocó con un hombre, alto y blanco, de ojos oscuros y pelo negro, muy gallardo, quien tumbó los papeles que tenía, y los dos al mismo tiempo se abajaron, sus manos rozaron al mismo tiempo que bajaban buscando los papeles.

-Disculpe, déjeme ayudarla-dijo el hombre, luego que Mía rápidamente despegó sus manos  de  las suyas. Se miraron las caras un momento y el hombre siguió recogiendo los papeles.

-No hay problema-agregó Mía.

Luego él terminó de recoger sus papeles, ella le dio las gracias y se fue rápido, él se quedó mirándola mientras se marchaba y siguió su camino.

Al día siguiente, Mía llegaba tarde a su trabajo, por el mal tráfico:

-Mía llegas tarde,es la primera vez, pero comprendo por el tráfico. Ve a ver a un paciente que tengo en mi despacho, dile que tuve que salir-decía el doctor Jones, de quien ella era asistente.

-Perdone la tardanza, de inmediato voy-respondió Mía.

Fue al despacho y cuando entró vio al paciente, revisó unos papeles rápidamente, respecto a la enfermedad que sufría y se sentó en la silla del doctor Jones:

-Muy bien, Sr. Durán, entonces dice aquí que usted está sufriendo de Tinnitus o Acúfenos, ¿es así?

-Sí, fue lo que me diagnosticaron en otro hospital, me hicieron una serie de pruebas audio-métricas y todo eso.

-¿Y cómo ha sentido el oído?

-Siento zumbidos, y como campanas tocándome dentro del oído, es totalmente molesto.

-¿Le ha dado vértigo?

-No, solo eso, y temo quedar sordo, porque no oigo casi nada por esos sonidos dentro de mi cabeza.

-Dice aquí, que lleva un mes así.

-Sí.

-Entonces puede ser Acúfenos periférico, tenemos que esperar a ver si se prolonga, le revisaremos el oído, para recomendarle un aparato, pero mientras tanto, le recomiendo que relaje más su mente y no se estrese, de esa manera podrá calmar el dolor y la molestia, vuelva el próximo lunes, el doctor Jones tuvo que salir y dijo que estaría esperándolo el próximo lunes. Cualquier emergencia venga antes.

-Entonces haré lo que me dijo-dijo el Sr. Durán.

-Venga, yo lo acompaño hasta la salida-dijo cortésmente Mía.

Cuando llegaban a la recepción, estaba el hijo del Sr. Durán, esperándolo, y cuando Mía lo vio, se sorprendió porque era el mismo hombre con el que chocó en la acera, «Que casualidad» pensó mientras se acercaba:

-Hola, oiga la vi ayer, es la de los papeles-dijo el hombre estrechándole la mano.

-Sí, que raro verlo aquí-apuntó Mía.

-Bueno, soy Eugenio Durán, hijo de su paciente, ayer vine a este hospital hacer una cita con el Doctor Jones, y nunca pensé verla aquí.

-Bueno, en realidad no es mi paciente, soy asistente del doctor Jones, y él tuvo que salir, así que me dejó atendiéndolo.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora