Gwiboon terminó con Woohyun en un oscuro martes por la tarde.
El miércoles por la mañana llegó puntual, quedaban pocos días para terminar las fotos de catalogo, y ya con eso no habría más trabajo con las modelos. Dejó en su escritorio sus cosas, prendió la laptop, y abstraída cogió el folder que le habían dejado junto al teclado. La risa melódica de Minjung estalló por el pasillo, y pronto la oficina se llenó de su voz risueña. La castaña no reparó en ella, estaba perdida en sus pensamientos, no se dio cuenta en el momento que la alta morena se paró a su lado para saludarle.
- Boonie – La llamó preocupada, cuando vio que la chica no le prestaba atención
- ¿eh?
- ¿pasa algo? – le preguntó cuando hicieron contacto visual, claramente alarmada
- N-no, no, no pasa nada – esbozó una sonrisa frágil, ganando un seño fruncido de la otra
- ¿Tomaste desayuno?
- ¿Eh? Ah... no, no tengo hambre...
La deportista la cogió del brazo y la tironeó para sacarla de la oficina, arrastrándola hacia el ascensor. Se abrazó de su brazo con confianza, y el contacto hizo que Kim se sonrojara, sin poder evitarlo. Ahí estaban de nuevo las inseguridades y la confusión. No era correcto sonrojarse así por el contacto con otra mujer, ¿verdad? Pero al mismo tiempo, Minjung era tan hermosa. La observó con disimulo en el espejo del elevador, su cabello negro cogido en una descuidada coleta, sus ojos grandes de espesas pestañas, su piel bronceada, su rostro perfecto desmaquillado. Era una preciosura, nadie podía haber quedado ajeno a sus encantos.
- ¿Qué esta mal? – preguntó interrumpiendo el silencio de la enorme maquina metálica, cuando se encontraron solas, bajando los doce pisos que daban a la recepción.
- N-nada – le respondió la mayor avergonzada, bajando el rostro
- Hay algo mal, Gwiboonnie, lo veo en tus ojos tristes...
- No, nada, de verdad – intentó excusarse, pero las manos delgadas de la chica le cogieron el rostro suavemente.
Se sintió aún más sonrojada, al verse enfrentada así cara a cara con la alta. No podía ocultarlo tampoco. Realmente lucia mal esa mañana. Había estado horas llorando en la noche, intentó desdibujar las claras señales de una mala noche en su rostro cansado, pero parecía que ni el mejor maquillaje podría ocultar su expresión amarga y decaída.
- Vamos, se ve que no estas bien – Habló con un susurro suave, sin perder de vista el rostro que contemplaba, acariciando suavemente sus mejillas que se coloreaban ante la cercanía - ¿Qué pasa?
- Termine con mi novio – admitió con tristeza, bajando los ojos que se le habían llenado de lágrimas
- ¡Oh!
La alta morena la abrazó con fuerza, y Gwiboon se apretó a su cuerpo esbelto para sollozar con tristeza. Llegaron a la recepción, caminaron hasta el baño más cercano, y la chica de ojos felinos estuvo otros diez minutos llorando amargamente entre los brazos largos de la menor.
- Vamos, hay que seguir – le habló con cariño, secándole las lágrimas con sus dedos flacos – es algo normal, ¿Sabes? Aún somos muy jóvenes..
- Él... él era otro – habló entre hipidos – llego a mi casa ayer, después del trabajo. Mis padres no estaban, él estaba ebrio. Llegó gritándome, insultándome, quería... - se mordió los labios, angustiada, desesperada – quería que tuviéramos relaciones, y yo... yo no puedo... no quería...
ESTÁS LEYENDO
V I O L E T A S
RomanceElla quiere florecer, y quiere que florezcan juntas. /Minkey/ MinBoon