Capitulo 3

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Luego de colgar la llamada con madre, me fui a detrás del local para entrar por la puerta trasera. Normalmente no hacia eso, solamente cuando el local estaba atiborrado de gente, pero en ese momento quería que una persona no me viera, una chica en específico, aquella que había visto la noche anterior, esta mañana y ahora en el local.

Al llegar a la cocina me cambie de ropa y me dedique netamente a cocinar, nadie me había visto entrar, y eso era lo mejor. Fui haciendo varios dulces hasta que se me hicieron las 3 de la tarde, hora en que como era costumbre sacaba unos dulces a mis amigos del callejón. Como siempre ellos esperaban detrás de unas cajas, inseguros, yo solo deje la comida en la pequeña mesita, mientras volvía de nuevo al trabajo.

Cuando ya se hizo la hora de salir, me fui por la puerta delantera, nadie se encontraba en ese lugar, así que sin problemas salí de allí. Me coloque mis audífonos para distraer mi mente, puesto no pude parar de pensar en ella todo el día, en mi cabeza solo existía el deseo de verla,
de estar con ella. Sabia la razón de ese sentimiento, era algo normal, puesto es la persona que tiene el otro extremo de mi hilo, aunque no lo admita esto sería un problema.  

Al llegar a mi casa simplemente me cambie de ropa, a una para dormir, solo pensaba en eso aunque mi estómago no decía lo mismo, así que fui a la cocina a prepararme algo sencillo, agarre una taza, cereal y leche, sin necesidad de una cucharilla me comí todo lo que había dentro de la taza. Ya habiendo terminado subí al cuarto y exausta me acosté en la cama, quedándome dormida de una. Esa noche no tuve ningún sueño extraño y eso fue lo mejor, dormí tranquila corrido hasta el día siguiente.  

Así pasaron varios días donde nadie me veía entrar simplemente salir ya cuando el local cerraba. Uno de esos días Simón paso a visitarme, se encontraba esperándome en la puerta pero como yo me fui directo a la parte trasera y entre, justo cuando me disponía a empezar a preparar mis
dulces, escucho como la puerta de la cocina se abre de par en par.

-¡Bella Jones! ¿Qué crees que está haciendo?

-Uhm, no sé, ¿Preparar dulces para el local?

-No te hagas la graciosa conmigo, sabes a lo que me refiero. Llevo tres días esperándote en la entrada y nada que apareces, luego me entero que ya estas aquí dentro, ¡Y ni siquiera te vi pasar!

Simón estaba molesto, se podía notar en su cara y en todo su cuerpo. Normalmente cuando se molestaba cruzaba los brazos, hacía que se marcaran sus músculos, se ponía rojo y de paso hacia movimientos graciosos con su nariz, como abriéndola y cerrándola. Al percatarme que
hacia eso ultimo no pude evitar reírme de la actitud que estaba tomando solo porque no me había visto entrar.

-Claro, ríete, como para ti yo no importo...

Empezó a hacer puchero y creo que iba a empezar a llorar - No es eso amor, es que estoy evitando a una persona desde hace días y prefiero dejar las cosas así.

Cuando mencione la palabra evitar una mirada maliciosa se asomó por la cara de mi amigo, debía de temer y correr. Cosa que no me dio tiempo puesto que me agarro del brazo y me saco hasta la barra.

-De acuerdo, ¿Cuál es la diosa que hizo esconderse a mi Bel?

-¿Disculpa?, ¿Como que diosa?

-Claro mi amor, si te hizo esconderte, debe de ser una diosa, puesto que tú no eres de las que se asustan nena – agarro mi cara entre sus manos para luego colocar nuestras frentes juntas y luego separarnos.

La fui buscando por la sala pero no la encontré, no estaba allí no podía verla. Cuando iba a celebrar mi victoria escucho la campana del local sonar y allí entra ella, no se percataba de que yo la estaba viendo puesto tenia los audífonos puestos y miraba al piso, cuando alzo la mirada se quedó estática al igual que yo, nuestras miradas se cruzaron, creamos nuestro propio mundo donde solo podía escuchar mi respiración y los pasos de ella acercándose, yo no podía moverme, estaba plantada allí frente a la barra.

Al tenerla ya cerca pude detallar lo bien que se veía, usaba unos pantalones blancos ajustados, una camisa azul oscuro y un blazer igual blanco con las mangas remangadas, unos lentes oscuros que a pesar de ser sencillos le quedaban muy bien, tenía un perfume muy poco común en las mujeres que hacía que quisiera acercarme, que me invitaba a estar con
ella.

Saliendo de mí ensueño me dedique a ver la tienda y nadie se había percatado de la presencia de aquella deslumbrante chica, todos seguían pendientes de lo que hacían o con quien conversaban, estaban pendientes de sus cosas. Todos menos Simón el cual se quedó sorprendido de que aquella chica, no sabía que decir o hacer, solo la veía a ella y a mi
muy sorprendido. En ese momento me acorde de lo que me dijo mi madre hace unos días cuando hablaba con ella por teléfono.

Flash Back
-¿Cómo diferencias a los Smith del resto de la gente?

-Eso es fácil hija, cuando ellos están en lugares pequeños no llaman la
atención ni siquiera se notan, en lugares con mucha gente es que lo
hacen, nadie puede apartar la vista de ellos.


Ella tenía razón, desde que llego la desconocida, ninguna persona se ha inmutado, era como si no existiera y solo Simón y yo pudiéramos verla.

-Listo, ya sabes quién es, ahora tengo que regresar.

Me di media vuelta en camino para la cocina pero sentí como me detenían agarrándome del brazo, solo al sentir ese tacto un escalofrió paso por todo mi cuerpo ya imaginaba quien me había detenido.

-No puedes irte así como así, Jones.

-Claro que puedo, Smith - jalo mi brazo intentando soltarme pero no pude, en vez de eso hice que ella apretara más su agarre para que no me fuera – Suéltame Smith

-Sabes que no lo hare Jones, tenemos que hablar.

-Yo no tengo nada que hablar contigo – me di vuelta para enfrentarla cara a cara.

-Oh sí, claro que tenemos que hablar – alzo su meñique izquierdo mostrando el mismo hilo rojo que estaba anudado en mi meñique – Esto es serio Jones.

-Sí, lo se Smith, si quieres hablar mañana es mi día libre, solo tengo clases en la mañana, en la tarde podemos hablar.

-De acuerdo, ¿Dónde estudias? Te iré a buscar – se quitó los lentes y me sonrió pícaramente.

-Estudio en la universidad que queda cerca de aquí.

-De acuerdo, nos vemos mañana entonces mi ángel~

Agarro mi mano y sin apartar la vista de mis ojos beso el dorso de mi mano, para luego darse la vuelta colocarse de nuevo los lentes y caminar a la salida.

-Por cierto, Jones, mi nombre es Alex, recuérdalo.

Salió del local, cuando ya no la sentí cerca sentí como la fuerza de mis piernas se iban y caía lentamente al piso, volteé a ver a Simón y estaba sin aire igual que yo, se notaba en sus ojos que trataba de procesar lo que estaba pasando.

-¿Que fue eso?

-No lo sé, ¿Solo Alex Smith?

-Oh, nena, con esa diosa en tu vida, esta será un completo desastre.  

Nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora