El dinero tenía una forma de hacer que la gente lo quisiera cada vez más. No es de extrañar que la codicia fuera un pecado mortal. De hecho, había dejado a una víctima a su paso.
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Se detuvieron en una biblioteca en el camino de regreso para que Seokjin pudiera revisar tantos libros sobre embarazos Beta como pudiera. Yoongi se negó a dejar que Seokjin cargara alguno de ellos. Hicieron el camino cuesta arriba lentamente, pasando la noticia al dueña del restaurante.
Seokjin se durmió y Yoongi leyó cuidadosamente el primer libro. Sabía que los embarazos Beta eran peligrosos, y no sabía cómo leer sobre eso mejoraría las cosas. El primer libro advirtió que la hospitalización o los controles regulares eran una necesidad absoluta para los embarazos Beta. Cerró los ojos y respiró hondo y siguió con el libro. El libro advirtió sobre el esfuerzo excesivo y enfatizó la importancia del ejercicio ligero, por lo tanto buscó un pedazo de papel y comenzó a escribir notas.
Alimentos a evitar. Antojos. Cosas para ayudar con las náuseas matutinas.
Se quedó mirando su papel. Había tanto y solo había leído un libro. Cerró cuidadosamente la primera para que no despertara a Seokjin y abrió el segundo, agregando a sus notas a medida que avanzaba. Ni siquiera se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado hasta que Seokjin se movió. —..¿Yoongi?
Miró hacia arriba. —Oye, ¿Por qué estás despierto?
Seokjin miró a Yoongi y luego al viejo reloj en su pared. —Yoongi, son las 7 de la mañana. ¿Has estado despierto toda la noche? ¿Leyendo? —Se deslizó hacia el lado de Yoongi y sus ojos se posaron en el papel al lado de Yoongi. —Oh, Yoongi. —Sus ojos se suavizaron y frotó la muñeca de Yoongi. —Está bien, duerme un poco. No más estudio para ti hoy.
Estiró los brazos y se dio cuenta de que había estado en una posición durante tanto tiempo que sus músculos lloraron de alivio cuando se estiró. Cuando vio la cara de Seokjin, se inclinó para besar sus labios.
—No tardaré mucho, lo prometo. Terminaré, dormiré un poco en el estudio y luego iré a buscarte. Lo juro.
Seokjin no parecía convencido, pero no dijo nada más mientras realizaban su rutina habitual de preparación. Yoongi mantuvo una mano apretada en Seokjin mientras bajaban la colina y envolvían su bufanda alrededor del cuello de Seokjin.
—Voy a comprar unos guantes de camino a casa —le dijo a Seokjin, cuando éste se devolvió para darle un beso de despedida en la tienda. —Tal vez unos calcetines gruesos.
—...Solo si podemos pagarlo, Yoongi. —Seokjin sonrió con incertidumbre. Yoongi solo asintió. Simplemente iría sin comer un poco. Fue una de las razones por las que tuvo que ir al estudio hoy. El embarazo de Seokjin les iba a costar mucho más dinero, y él no podía darse el lujo de descansar. Especialmente cuando Jin también estaba trabajando.
Pasaron dos semanas sin que ocurriese mucho. Las náuseas matutinas de Seokjin no mejoraban, y no estaba comiendo lo suficiente como a Yoongi le hubiera gustado, pero aparte de eso no empeoró. Yoongi suspiró y se recostó en su silla chirriante. En momentos como estos, deseaba tener un teléfono, pero ese era un lujo que definitivamente no podían pagar. Yoongi se había ido sin algunos almuerzos para poder comprarle a Seokjin un par de calcetines gruesos y un par de guantes, e incluso la cena era una cosa que apenas había. Trató de guardar la mayor cantidad de comida posible para Seokjin, pero él apenas comía.
