En cuanto llegamos a la tierra el xenomorfo se quedó dormido y decidí llamarlo Bob para no decirle espécimen 388.
En cuanto llegué a mi laboratorio encontré un montón de guardias armados esperando la llegada de Bob, inmediatamente Bob se puso furioso y comenzó a atacar la jaula donde lo encerramos y los solados que me acompañan le dispararon, lo hirieron y les grité
-dejen a mi espécimen, debe estar en perfectas condiciones para estudiarlo,
si lo matan no les pagaré a ninguno de ustedes-.
Lo mandé al laboratorio grande mientras yo estaba en mi oficina organizando el papeleo.