Antes de empezar, no soy buena dibujando y tampoco se escribir de manera perfecta, por eso mismo espero que esto te guste a pesar de no ser el mejor relato que vayas a leer.
Lo he hecho con mucho cariño, así que, más vale que te guste pequeña maknae de gryffindor.
PD- Sabes que te quiero mucho ❦
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Nunca pensaron que se conocerían de tal manera, nunca pensaron que encajarían tan bien, nunca pensaron que llegarían a necesitarse de tal manera.
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Lee Felix nunca pensó acabar de esa manera, nunca pensó que discutiría con sus amigos hasta tal punto de acabar sin nadie a su lado.
Llevaba semanas andando solo por las tardes, sentándose solo en los bancos del patio de su instituto, en clase e incluso camino a casa, porque, a pesar de vivir cerca de dos de sus amigos ellos seguían ignorando su existencia yendo por delante de él a varios metros de distancia.
No era justo, o eso pensaba; pero todo había iniciado por su culpa y no podía deprimirse por ello, debía mostrarse fuerte, debía sonreír a pesar de querer llorar, debía verse feliz.
"- Suelta todo lo que tengas dentro de ti, a veces, ser débil te hace más fuerte."
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Pero era imposible, no se veía capaz de sentirse débil, solo cansado y con ganas de acabar con todo, pero... Aunque no lo admitiera eso era verse débil.
Llovía en Seúl, llovía como nunca antes, granizos y personas corriendo para escapar de la lluvia pasaban junto a Félix que solo se tapaba con la capucha de su sudadera y a pesar de estar mojado de pies a cabeza, era algo que ya no le importaba.
Su faceta de chico feliz había desaparecido, ya no quedaba nada del risueña Félix, del chico que amaba ser abrazado y querido, ahora, parecía un simple cuerpo de sentimientos atrapados entre una muralla de diamante, algo casi indestructible.
Siguió con su camino, un camino recto que no sabía hasta donde lo llevaría, un camino recto que duraría horas que parecerían días.
Al fin anocheció y cuando pensó que al fin era hora de volver a casa, ahí la vio, a la chica que le haría volver a ser él de antes, a la chica que le haría sonreír tras semanas de sonrisas falsas y desmotivaciones.
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