Saiki, un joven psíquico, se encontraba camino a una cafetería que el frecuentaba por sus deliciosos postres. Cuando reconoció el pensamiento de una persona en particular.
Santo cielo, devuelta Aiura utilizó sus poderes para perseguirme. Sólo quiero tranquilidad.
En efecto, la joven se encontraba sentada en donde usualmente Saiki lo hacia. Ya que el joven psíquico era telepático, no le sorprendió que al entrar la chica estuviera ahí. En su corta vida, muy pocas cosas le sorprenden.
Desde pequeño tuvo varios poderes, entre ellos la telepatía. Intentó ocultarlo de todas las personas así poder pasar desapercibido. Por mucho tiempo no había tenido a nadie para considerar como un "amigo" pero los últimos años varios chicos no querían separarse de él, y no lo dejaban en paz.
Intentó que se alejaran pero sus esfuerzos fueron en vano y, sin darse cuenta, empezó a acostumbrarse a tenerlos alrededor aunque nunca lo admitiria.
La chica que se encontraba ahora frente a él se llamaba Mikoto Aiura. Y era una psíquica como él.
-Saiki-kuuuuun, ¡que coincidencia!-Decía la rubia con voz melosa.
Saiki ni siquiera la miró y se concentró en la gelatina de café que la habían traído, se metió un pedazo a la boca haciendo una cara de satisfacción y sonrojandose levemente.
-En serio eres malo, Saiki.-Dijo la rubia dando un suspiro ya que él no le prestaba atención, como acostumbraba.
Pero eso no la desánimo en absoluto, dicen que el amor es más fuerte. Y ella estaba segura que Kusou Saiki caería rendido a sus pies, ya que el destino se lo dijo.
Sonrió ante el pensamiento.
Saiki, al terminar su postre, la miró interrogante.
-Sólo quería pasar tiempo contigo....-Dice sonriendo sonrojada.
¿Aunque le haya dicho que nunca conseguiría nada de mi? Y mucho menos amor.
-Quiero que salgas conmigo, Saiki.-Repitió por sexta vez en el poco tiempo que se conocían.-Tengamos una cita...
-No.
-Oh, vamos Saiki. Ya conocí a tú abuela y piensa que estamos saliendo. Y lo aprueba. ¿Por que no hacerlo realidad?-Dice revoloteando a los ojos.
Los pensamientos de Saiki fueron para otra parte. Teruhashi Kokomi.
La chica más hermosa y perfecta denominada por todos y por ella misma. Teruhashi también ha estado siguiéndole ya que tiene "la ilusión" de que está enamorada de Saiki, a lo que él antes dudaba.
Pero cambio de opinión hace poco, ya que ha estado pendiente más de lo normal con ella. Y descubrió que sus pensamientos eran sinceros, aunque no estaba seguro de los sentimientos de ella. Los humanos eran a veces impredecibles cuando se trataba del amor.
Algo que Saiki no podría olvidar fue que cuando agarró en brazos a Teruhashi sintió un cosquilleo bastante abrumador e interesante por todo su cuerpo. Un escalofrío había recorrido la columna del psíquico y sintió calor. Intentaba buscarle lógica a lo que había sentido... Pero nada.
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Y se empezó a interesar más en lo que esa muchacha pensaba que en los pensamientos de las personas que estaban 200 metros alrededor suyo.
Si hablamos de eso, me recuerda que mi abuelo piensa que Teruhashi es mi novia. O bueno, que será mi futura esposa.
-Oye, Saiki. Pareces más pensativo de lo normal.-Dice Aiura mirándolo intensamente. Y de pronto le brillaron los ojos.-¿Estás considerandolo?-Dijo con emoción en la voz.
-Ya te dije que no seré novio tuyo-El se cruzo de brazos -Y no tengo intención de cambiar de opinión.
Se levantó de su lugar dirigiéndose a la salida. Dejandola un poco decepcionada pero sin intención de rendirse hasta que enamorará a ese chico de cabello rosa.
