Chloe, secretos de una chica "superficial" [Nathloe/ Lukloe] [Terminada]

Capitulo 37: Chloe

Por Adrien:

Chloe estaba en el suelo del aula llorando sin parar.

Me rompía el corazón ver a mi mejor amiga en esas condiciones.

—Adrien, qui-quiero irme, por favor — la cargué en mis brazos y baje con ella para encontrarme con Marinette preocupada

Nathanaël se quedó con Aurore, él se encargaría de ver que ocurriría con ella.

—Lo hablaremos luego, necesito que le digas a mi chófer que venga, por favor — mi novia tomo mi teléfono y llamo al gorila

—Llegará en 5 minutos — mire a Chloe que no dejaba de llorar y se aferraba a mi cuello

—Ve a ayudar a Nathanaël y llama a Damocles ahora por favor — ella asintió y fue seguida por sus amigas

Llegué a una banca con Chloe.

—¿Puedes decirme cómo te sientes?

Su silencio me decía que debía dejar de preguntar.

Su teléfono sonó y lo contesté.

—Señor Bourgeois, habla Adrien, por favor ahora no es buen momento, Chloe contestará pronto — ella me miró agradeciendo y vimos como bajaban con la degenerada de Aurore por las escaleras.

—La odio — mencionó y continuo llorando

Nuevamente había vivido por lo de hace  7 años atrás, con su sirviente en Marsella.

Chloe era una niña bastante alegre y risueña, sin embargo luego de lo que sufrió con este demonio su carácter cambio muchísimo.

En repetidas oportunidades Chloe debía callar los tocamientos indebidos por su sirviente.

Ninguno de sus padres sabía acerca de aquello, y es que ella junto conmigo decidimos enterrar aquello.

Creí que nunca volvería a ocurrir y no llego a eso con Aurore pero si vivió el temor de estar sujeta a lo que otro puede hacer.

El chófer llegó, y camine con ella en brazos hasta mi auto.

—No me dejes por favor Adrien — tomó mi mano y presionó con fuerza

—No lo haré pequeña — la sujete con fuerza y junte con mi cuerpo para que se sintiera cómoda

Le indique a mi chófer que estaría Chloe en mi casa hasta que se sintiera mejor.

Lo único que me dijo fue sobre que pensaría mi padre, pero mi mejor amiga me necesitaba, era lo menos que podía hacer.

Cuando llegamos volví a cargarla hasta mi habitación, donde al dejarla sobre mi cama continuó su llanto.

—Traere algo para que puedas comer — me sujeto de la muñeca y lo evitó

—No quiero estar sola por favor — comenzó a temblar y me preocupó

—Esta bien, me quedo contigo — cogí un extremo de la frazada y la arrope, colocó su cabeza sobre mis piernas y abrazo una almohada cercana a ella

—Volvi a recordar a Bruno, ya debes imaginarte como me afecta — las lágrimas continuaban cayendo, dándome aún más rabia de la que ya tenía

—Lo superarás, lo hiciste una vez, esta será la última; los mejores amigos están para eso — comencé a acariciar su cabello y se comenzó a dormir

Ella no merecía pasar por esto, y me lamento no haber evitado eso.

Ninguno de los dos tenía a su madre cerca, mi madre estaba bajo tierra y la de ella a Miles de kilómetros trabajando, nuestros padres nunca nos dedicaron tiempo por el trabajo.