5 años después
La ciudad de Londres se encuentra en completo caos, los malditos humanos nos buscan por debajo de las piedras y los lingth que quedamos no sabemos donde escondernos tienen información de mí, saben que soy la princesa y no se donde diablos esconderme para que el ejercicio rojo no me encuentre.
El ejercicio rojo son humanos con inyecciones de sangre de lingth lo que han hecho crear súper humanos.
Se que estos días vendrán para investigar la zona sur que según hay varios lingth y nosotros no podemos quedarnos aquí.
En total somos 7 lingth los que nos encantramos en un antiguo hotel de Londres, pero, ellos aún no saben que yo soy la princesa por si hay un traidor entre nosotros.
-Levantate floja, hay que partir a las 5 am antes de que los rojos lleguen aquí.- Su cabellera rubia se dirigió hacía el oeste gracias al viento.
-No quiero.- Respondí con mi voz ronca por el frío.
-Ayer Deeck y la desgraciada de Ellie encontraron a unos guardianes y no han dicho nada, los idiotas se quieren largar de aquí sin nosotros.- La mirada que le di en verdad fue de horror.
-Malditos desgraciados, imaginate que estuviera aquí la princesa.- Hablando de mi claro esta.-Estos desde cuando la hubieran entragado.
-¿Y si Ellie es la princesa?.- Ja, bien quisieran, yo se muy bien que su posición es muy baja a la de cualquier habitante de LingthRe.
-Bien quisiera la maldita ser la princesa.- Habló la bocota de mí.
-¿Y si en realidad, yo soy la princesa?.- Ellie se encontraba detrás de mi, con su cabello negro hasta los hombros y su piel blanca que hacía un perfecto contraste con sus ojos azules.
-Si fueras la princesa, entonces, no serías una zorra.- La mirada en los movimientos de tu oponente, como solía decirme Akelysten, mi amado guerrero.
-Maldita cosechadora.- Cosechadora... Los cosechadores son personas de la clase más baja e mi tierra, ellos sólo se encargan de cosechar los fruto que nos concede la sagrada tierra de LingthRe.
-Maldita zorra.- Sh... Se escuchó que susurraban en mi oído.
La sensación de desolación se sintió como cubos de hielo caer sobre mi, sin saber que hacer giré mi cabeza hacía la izquierda y en el reflejo del espejo se encontraba Akelysten detrás de mi.
Con rapidez volví mi cabeza hacía atrás encontrándome con la decepción personificada en desilusión . Nada, eso se encontraba detrás de mi, nada en el vacío espacio.
° ° ° ° °
Pasaron solamente un par de horas y ya estábamos a las afueras de la cuidad de Londres rumbo a la cabaña de los sanadores en busca de nuestros guardianes en la tierra.
Akelysten, su recuerdo viene a mi cada vez que mi alma muerta necesita reconfortación.
Nunca nadie había podido dejarme sin aliento como él... Devolvió en mí todas las esperanzas pérdidas.
Vaya, que gran amor siento ahora por él.
El camino se volvió inestable. Las cosas se ponen cada vez peor y las esperanzas del grupo para poder encontrar a los guardianes se desvanecen. Con ellos podríamos ir a nuestra tierra, pero no, hace un poco más de 3 años perdí la esperanza de encontrar a mi guardiana. La última vez que la miré fue ese trágico día en que empezaron a cazar.
Mis ojos azulados se dirigieron a Deeck al verlo ahí de pié ante la inmensidad del universo, me di cuenta de una cosa, esta enamorado de la zorra de Ellie y por ella haría cualquier cosa.
Las cosas en común que teníamos todos en el grupo, queremos volver a casa, la tierra y sus hijos nos detestan. Aunque, no los entiendo, la tierra les da lo necesario para vivir pero ellos no se lo agradecen al contrario la están matando poco a poco y en un futuro tengo miedo que quieran ir a nuestra querida LingthRe a poblar.
El amor, ellos no saben que es el amor. Ellos piensan que mandar fotografías desnudos es amor pero el amor va más haya de un te quiero, el amor es un te cuido.
No sé donde haya escuchado eso, pero es la verdad, en este planeta sólo son egoístas y acaban unos con otros sin saber que todos son hermanos porque son hijos de la tierra.
Akelysten una vez me dijo que el amor es como una estrella, tienes que ver más allá de donde el atardecer se oculta para así entender que cada noche es diferente, el amor jamás va a hacer un acto de repetición.
La tarde calló y gracias al sol puedo saber que es un poco más del medio día, Deeck y Ellie intercambian miradas cómplices. Los dos menores del grupo Sashylee y Lee, gran ironía, miran hacía el oriente con ese sentimiento de desolación que desafortunadamente conozco muy bien.
Gynger y Tyler, son mis mejor amigos dentro del grupo. Siempre uno contrasta al otro.
Me desvió del camino y soy tan estúpida para no darme cuenta que un gran lobo negro con los ojos rojos me observa desde su posición. Lo más me llama la atención de mi futuro asesino es la manera en que me observa y no puedo evitarlo, su olor me embriaga y sin sentido alguno lo sigo por la inmensidad del bosque.
Sashylee me detiene tomándome del hombro, su mirada de miedo me asusta y entonces lo sé, ya no soy más humana inconscientemente me transforme en mi cuerpo real y gracias a mis alas ella se a dado cuenta que soy la princesa.
-¡Sashylee! ¡Cosechadora! ¿Dónde diablos se metieron?.- La voz de Ellie resono por los ecos que producía el bosque y entonces entendí, entendí que sí ella me descubría me entregaría para salvarse.
Nervios, miedo y angustia se colaron a través de mi torrente sanguíneo causando así que sin darme cuenta quedará mis alas mucho más llamativas de lo que en realidad son, la naturaleza de nosotros hace eso como forma de protección.
-¡Sashylee!.- Ellie se escuchaba mucho más cerca y el miedo porque me descubra es inmenso.
Trata de transformarme en humana otra vez pero ya era tarde y eso lo supe gracias a su grito.
-¡Maldita sea! ¡Tú, estúpida, no puede ser!
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Tiempo
Science FictionLa carretera que transitaba esa mujer hermosa, cabellos castaños y mirada azulada, se encontraba en un estado lúgubre. La carretera era rodeada por árboles que no dejaban ver a la majestuosa luna llena, la hermosa luna llena de los lobos. A los cost...