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bromas hirientes

Craig se encontraba sentado en su sillón con su computadora en su regazo mientras que sus manos estaban ocupadas tecleando. estaba portando una sudadera de su novio, no le quedaba grande como se esperó antes de ponersela, al contrario, hasta le apretaba un poco, pero iba a seguir así hasta que su pareja llegara a la casa, sabía cuanto le molestaba que tomará sus cosas sin permiso y le gustaba ver su cara de enojo.

La puerta rechinó acompañada con la voz de Stanley Marsh, su pareja hace ya cinco años, apenas ayer fue su quinto aniversario, y aunque no fue tan lindo y cariñoso como Tucker se lo esperaba, le fue suficiente.

- Hola amor - saludó "Stan", quien cuando ya estuvo suficientemente cerca de Craig, le dio un suave beso en la frente - ¿Acaso esa es mi sudadera?

No se escuchó respuesta

- Joder Craig, respondeme cuando te hablo

Nuevamente no hubo respuesta. Al parecer lo estaba logrando

- Que insoportable eres, te he dicho mil veces que odio que saques mis cosas sin mi permiso y aún así no lo entiendes, imbécil. - ladró

O tal vez no.

- ¿Pero que mierda Stan? - preguntó, con los ojos un poco más abiertos por la sorpresa, en su voz se notaba una leve tristeza.

Definitivamente esa no era la cara de enojo que Tucker disfrutaba ver.

- Oh ¿así que sabes hablar?

Ese tono de voz de nuevo, esto no iba a terminar bien.

- Es sorprendente que sepas entender algo, aunque sea algo tan insignificante como eso - Stan al ver a Craig sonrió con satisfacción, ciertamente este estaba sorprendido y hasta quizá un poco asustado.

A Craig Tucker poco le importaba la opinión de los demás, pero solo por ser su novio le importaba un poco, mejor dicho, mucho más. Era cierto que estos dos no paraban de insultarse con cosas peores antes de su noviazgo, pero a partir del primer año de relación estos pararon de insultarse y se comenzaron a tratar con más cariño.

Están se inclinó y tomó con una mano el mentón de su novio, acto seguido, le dio un pequeño beso en los labios.

- Sólo fue una broma bebé, no volveré a hacerlo de nuevo.

Violentómetro ⚠ StaigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora