Sangre caliente cubría su cuerpo, su ropa que en algún momento fue blanca estaba teñida con ese color rojo que tanto odiaba. Sudando y temblando el joven se despertó en su cama. Todo había sido un sueño, el mismo sueño horrible que se repetía todos los días desde la muerte de Luhan.
- esta bien Sehun. Tranquilo. Solo era un sueño.
Tras unos segundos y con dificultad se levanto de cama para lavar su cara mientras miraba por la venta el marchito melocotonero desde la ventana.
- por que viniste aquí? por que te deje ir?
Dejo caer las manos aun mojadas y goteando y una lágrima se deslizo por sus mejillas. Ya habían pasado 10 años desde ese día, pero todo estaba tan vivido para el como si hubiera sido ayer. El sentimiento de culpa por haber llevado a Luhan al pueblo no desaparecía y sus sueños se lo recordaban cada noche. Secó sus manos a una vieja tela y salio por la puerta para regar , como cada día, el marchito árbol. No recordaba haber visto nunca el árbol con vida pero algo dentro de el le decía que debía cuidarlo. Se acerco al árbol pero algo era diferente. Un pequeño y frágil brote salia levemente de la tierra. Acerco su mano lentamente y lo acarició con miedo. Sin darse cuenta una sonrisa se dibujo en su cara y un gran orgullo lo invadió.
- Gracias.
Se levanto del suelo y entro a casa para seguidamente salir con una pequeña bolsita de tela gastada con un par de monedas en su interior. Era todo el dinero que había ganado en su vida ayudando a la gente que encontraba perdida en el bosque, pero esta era una situación en la que consideraba necesario gastarlo.
Tras horas caminando llego a la entrada del pueblo. Delante de el estaba el puerto y el mercado. Los gritos de los mercaderes se mezclaba con el colorido de las flores y el olor a especias y pescado. Cogió aire y camino hacia un pequeño puesto en el que una joven vendía flores.
* Quería algo el señor?
- en verdad estaba buscando herramientas de jardinería.
* entonces tiene que ir a la tienda del señor Soo. Esta en la segunda calle girando a la derecha
- muchas gracias señorita, que tenga un buen día.
Se quedo un rato mirando las flores mientras la joven atendía a otros clientes y finalmente se puso en marcha a la tienda. No podía evitar mirar a la gente que lo rodeaba, todo estaba tan lleno de vida y de color que le fascinaba. Pero en su interior sentía repulsión hacia esa gente. No podía evitar pensar en la ultima vez que había ido al pueblo, en como la gente lo miraba en ese momento por ir con Luhan y en el trato que ambos habían recibido. Sin darse cuenta llego a la tienda. Se paro delante de esta dudando si era el lugar correcto y finalmente entro.
La tienda no tenía casi luz y las cajas y herramientas se apilaban a ambos lados dejando un pasillo hacia el mostrador.
- Buenos días señor
*Buenos días joven. Que puedo ofrecerle?
Un señor de mediana edad, ojos grandes y pelo negro como e carbón apareció desde detrás del mostrador acercándose al joven examinándolo de arriba a abajo mientras colocaba sus gafas.
- pues la verdad es que no se muy bien lo que necesito. Estoy cuidando un melocotonero y...
El hombre al escuchar esas palabras dio un paso atrás y mientras el joven le contaba como es que había acabado allí empezó a meter cosas en una bolsa como si ya supiera la historia pero a la vez sorprendiéndose por esta.
*Aquí tiene joven
El señor le entrego una bolsa de tela marrón con unas cuantas herramientas.
- Muchisimas gracias señor, cuanto le debo?
El señor negó con la cabeza y le sonrió para luego cogerle las manos.
* lo único que quiero es que cuando ese árbol de fruto me traigas uno.
El joven lo miro estupefacto. El dinero le venia bien pero viendo el estado de la tienda a ese señor estaba seguro que el dinero tampoco le sobraba.
- Se lo prometo señor. Tan pronto el árbol tenga fruto le traeré uno.
Después de agradecerle otra vez con una reverencia el joven se dispuso a salir de la tienda y volver a casa. El mercado seguía tan ruidoso como antes pero ahora la gente cargaba cajas y bolsas mientras recogían los puestos. Caminaba con cuidado intentando hacerse paso entre la gente hasta que un niño se cruzo en su camino empujándolo hacia un hombre cuya cara cubría una gruesa capucha gris.
- disculpe señor, aquí tiene
Dijo agachándose para recoger un broche del suelo, pero cuando se levanto el hombre había desaparecido. Miro el broche que tenia en su mano. Una flor de melocotón. Cuando lo vio sintió un pinchazo en el pecho que le recorrió todo el cuerpo. Cerro los ojos del dolor y vio una imagen del hombre descubriéndose el rostro.
-Luhan
Abrió los ojos de golpe y vio como la gente se giraba a mirarlo. Empezó a buscar al hombre con la mirada entre la gente mientras apretaba el broche entre sus manos pero no había rastro de el.
Una hilo de sangre se escurrió entre sus manos.
- Te voy a encontrar.
Dijo mientras miraba el broche manchado ahora de sangre.
- Juro que te voy a encontrar.