CAPITULO 1 - El Dios griego

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CAPITULO 1

El Dios griego

Desperté debido a el sonido ensordecedor de la alarma proveniente de mi celular, gruñí estirando mi brazo para apagarlo, a pesar de haber ido a la cama temprano ayer, mi cuerpo se sentía agotado de seguro debía ser por la discusión con mi padre ayer. Intente abandonar el tema, pero aún me sentía furiosa, una ducha fría me calmaría, me despoje de mi ropa y me adentre al baño, sentía correr el agua por mi cuerpo, podía sentir como mi cuerpo se relajaba.

Dentro de unos minutos, abandone la ducha y me dirigí a mi cuarto, busque mi uniforme el cual el colegio requería y contaba de camisa blanca con un bolsillo al lado derecho, una falda gris o una polera también blanca el cual llevaba el escudo del colegio (su marca) en la parte derecha pero esta se utilizaba para los días de gimnasia. Luego de decidirme opte por unos jeans oscuros, ya que estaba algo fresco y mi polera, sabía que hoy día no había gimnasia pero quería estar cómoda y finalmente por unas vans azules, tome mi mochila.

Salí de mi habitación pase por la habitación de mi hermana y esta estaba cerrada sabía que esta no se levantaría temprano sino hasta el mediodía seguro anoche se había develado, ella podía hacerlo ya que se encontraba de vacaciones, mis padres nunca esperaron que ella con tan solo veintidós años ya se encontrara a final de su carrera, siempre había sido un dolor de cabeza de joven, hasta que termino el colegio y como arte de magia su rebeldía había terminado con el comienzo de la universidad.

A decir verdad, Todos decían que yo era el vivo retrato de lucia cuando tenía mi edad 16 años, incluso yo parecía de más edad y ella de menos de 22 años, a veces nos confundían con gemelas o mellizas, la verdad rara vez esa clase de cometarios me molestaba porque Lucia era una joven hermosa, su piel morena, sus largas pestañas, ojos grandes y marrones, junto con un cuerpo delgado, y una sonrisa preciosa, aunque ambas éramos pequeñas, yo le ganaba la estatura con unos cuantos centímetros más, al igual que contaba con algunas diferencias mi pelo no era lacio como el de ella, el mío tenia bucles, y una piel un tanto más blanca que la de ella, Lucia se había teñido su pelo de un negro azulado el cual le quedaba perfectamente, mientras que el mío era un café negro claro.

Escuche un ruido proveniente de la cocina, sabía perfectamente quien era y seguro haría un desastre en ella debido a su falta de conocimiento del arte culinario de la gastronomía o cocina, me atrevería a decir que hasta el agua se le quemaba.

Allí estaba mi madre en uno más de sus intentos fallidos por hacerle a su hija pequeña un desayuno decente reí ante su intento, cuando su mirada se posó en mí.

-Buenos días, hija

- Buenos días mama, no te preocupes comeré algo en el colegio - me miraba confundida cuando entendió a lo que me refería y me regalo una sonrisa

- sé que esto de la cocina nunca se te ha dado mama, luego puedes agradecerme - dije divertida, cuando frunció el ceño

- eso no es para nada cierto, puedo cocinar muchas cosas -dijo en defensa - tu padre me ha dejado dinero para tu transporte de ida y vuelta del colegio y para que te compres algo de comida -asentí, tome mi botella de agua y me despedí de mama, la verdad que me había vuelto una chica independiente y eso me gustaba.

Entendía por qué a mama no se le daba de la cocina, su vida había sido toda un aventura, a la edad de 16 años, mi misma edad mi madre ya se habia embarazado de mi hermanastro, los años pasaron y con tan solo 25 año mi mama se volvio a casar pero con ahora el que es mi respectivo padre, y tenidos dos hijas quienes ahora tenian 22 y 16 años.

Mi padre siempre tenia problemas economicos, y mi madre se encargaba de pagar los platos rotos. Hace unos meses mi padre habia tendo un accidente y fracturado el perone (hueso del pie), ahora mi madre era la unica que trabajaba, hasta que mi padre mejorara

Just one more biteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora