Raqs Sharqi

Capitulo 3.

AMOLAD pertenece a The snipster, la idea original de Des como bailarín de danza de vientre es de: Des Aeva"

El alto atrajó a su captor entre sus delgados brazos, deleitándose del sabor de sus labios, explorando su boca y disfrutando de las caricias que el rey proporcionaba de su cadera hacía sus piernas, aferrándolas alrededor del moreno. Mientras detallaba con sus dedos los músculos trabajados que ocultaba el entari bajo él.

Un leve gemido salió desde los jugosos labios del bailarín, mientras se aferraba a su dueño, sintiendo como su ligera ropa íntima era ultrajada por las fuertes manos del moreno.

—Espera—Soltó en un entrecortado jadeo, mientras sus mejillas se coloreaban de carmín y su cuerpo entero se estremecía en las pequeñas olas que generaban las caricias.

El sultán recorrió su espalda sin prisa, siguiendo con su índice la columna del alto perdiéndose en su ropa y haciéndola a un lado para poder tocar la suavidad de sus glúteos, acariciándolos en un tortuoso movimiento constante, adentrándose entre ellos, estrujándolos por momentos, llegando sus falanges a rozar a aquel punto prohibido, haciendo que el alto se retorciera entre sus brazos, comenzando a suspirar pesadamente. —Por favor—Gimoteo en un suplica, que parecía rogarle que continuara.

No sabía qué clase de embrujo poseía, pero algo era seguro jamás podría hartarse de mirarlo, tocarlo, y saborear cada milímetro de su boca, embriagante y adictivo, era un manjar exquisito, empezó a hacer un camino de succiones y mordidas por su cuello. Atrapó entre sus dientes el lóbulo de Des robándole un pequeño quejido, ganándose la mirada airada del kocek, y un ligero arrugar de ceño y puchero en su labios, cuestionándolo por sus actos. El moreno sólo sonrió ampliamente en contestación, mientras sostenía fuertemente el trasero del alto. Azotando con la mano una de esas contorneadas suavidades, haciendo desaparecer la mueca de desdén del alto y cambiándola por una de entero placer.

El cuerpo de Des se mecía queriendo sentir más al moreno, el cual se desvivía entre caricias y besos por toda esa piel de alabastro. Leo podía sentir el pinchazo contra su cadera del miembro erecto de Des, el cual se abría camino entre la Tela de seda blanco del kocek, la punta brillaba augurando que pronto llegaría al orgasmo. El sultán se aparto un poco de su excitada víctima, el pecho del bailarín subía y bajaba rápidamente, su cuerpo cimbraba en pequeños espasmos, sus ojos brillaban con la intensidad de una llama, la cual perecía estar siendo consumida en su lujuria, el moreno pudo escuchar el suspiro que salió de Des, quejándose de haberse separado de él.

Su mirada intentaba averiguar las intenciones del sultán, sin embargo esos traviesos ojos esmeraldas parecían disfrutar de provocarlo y perderlo en el insano deseo, se sonrojo en demasía y desvió la mirada, a esas alturas del encuentro era obvio que él deseaba más al sultán, el cual sin quitarse el entari ya lo tenía por completo a su disposición. Tal vez no debió haberlo vigilado e investigado acerca de cómo era, tal vez...no debió haber deseado tener más que una noche.

Mordió su labio inferior, e intento regular su respiración. Era un hombre orgulloso y ¿Sí el rey ya no quería lo que él tanto ansiaba? Todavía no había cumplido con el pago a su casa. Además, de que se podría decir que el sultán había obtenido lo que había querido. —Muy astuto su excelencia—Contesto tajante, mientras enfocaba sus ojos vidriosos a la prenda del suelo, levantándose para recoger su entari rojo, dispuesto a ponérselo y marcharse. — Creí que era un hombre más honesto—Entrelazo la parte de en medio de la prenda sin abrocharla, podía sentir las punzadas de las succiones de su rey en su cuello, su cuerpo aun lo deseaba pero, estaba renuente a caer en el juego del sultán. —Mi error—Soltó con Desdén.