20 de Diciembre, Pemberley
Fitzwilliam Darcy.
Querido señor Darcy, el día de hoy merodeando por el mundo me dispuse a preguntarme ¿Qué desearía usted para navidad? Es un hombre con porte orgulloso sin duda alguna, una bufanda desentonaría completamente su estilo, con sus diez mil libras al año se que regalarle algo simple sería una tremenda ofensa, si me dispongo a regalarle algo caro, seguramente usted ya lo tendría, mi querido Darcy, tengo tanto miedo de su regalo que mi corazón sube por la garganta.
Desde que nuestra querida Elizabeth se fue de nuestro lado cada día me cuestiono más sobre las cosas que le gustan, comienzo a desconfiar sobre si lo he conocido realmente todos estos años, esta distante desde aquel terrible suceso, por tal razón e decidido enviarle esta carta con eterno desespero, querido Darcy si mis suposiciones son reales y sus sentimientos de agonía siguen siendo los mismos que en abril desde la partida de nuestra amada Lizzy, permita que usted reciba una visita en compensación del terrible regalo que soy incapaz de imaginarme, y por favor le ruego con gran agonía no rechace mi petición, no en esta ocasión, mi querido señor Darcy, me encuentro envuelta en tristeza que es imposible controlar.
Es verdad fui cobarde e incapaz de siquiera verlo, me refugie con los Bingley huyendo de usted, se que fui tonta, cuando más me necesitaba lo abandone, mi querido señor Darcy le pido, casi tirándome a sus pies que me otorgue su perdón, la casa de los Bingley es cálida, pero no tanto como la de usted, el día de hoy sin querer escuche su pista favorita, el vals más hermoso que me removió las entrañas tiempo atrás, mis palabras no son suficientes para hacerle juicio a tal melodía, sin embargo rebuscando entre mis profundos recuerdos encontré los suficientes para poder transmitirle mi sentir.
¿Recuerda usted aquel día? la señorita Bingley estaba con su cara malhumorada como de costumbre, admirando con cierto repudió, usted estaba con una sonrisa en su cara solo por ver aquellos ojos que lo cautivaban tanto, era navidad, la tormenta de nieve había impedido que los Bingley y los Bennett se fueran de nuestro hogar, la melodía comenzó a sonar, la madera en la chimenea tronaba, la tormenta azotaba la ventana, el olor a chocolate preparado por Jane inundaba la habitación y yo corría de un lado al otro saltando alegremente por el armonioso sonido, usted tomó como pareja a su amada, comenzaron un baile, la escena era memorable, se quedo impregnada en mi mente como no tiene idea, fue la navidad más ideal para mi.
Después del baile usted comenzó a reír, todos lo admiraban extrañados, en aquel momento me pregunte el porque, sin embargo tiempo después lo descubrí, usted no era normalmente así, primero pensé que quizá sería el efecto navideño, pero después noté que no se trataba de eso, usted solo sonreía cuando tenía a Elizabeth a su lado, usted solo reía cuando la veía, cuando posaba su mirada en aquellos ojos que para usted sin duda eran preciosos, todas las demás navidades fueron así, al menos las que recuerda mi mente, cada año la melodía más hermosa se hacía presente, no me refiero al vals, si no la hermosa entonación y combinación de su risa con la de su amada y la mía, juntos al pie de una chimenea, usted bailaba, reía, usted sonreía, los regalos le importaban poco, su más preciado obsequio era su amada esposa.
¿Entiende usted ahora? la melodía no me calaba el alma por su entonación, si no por los recuerdo que mantienen cautivo mi corazón, recuerdos de navidad que añoro como no tiene idea.
Mi querido señor Darcy, a partir de este año se que las navidades dejaran de ser las mismas, sobre todo porque sé que usted ya no reirá tanto como antes, pero se que usted puede volver a sonreír siquiera un poco, repetir la melodía que combinaba y encajaba perfecto con la nieve azotando la ventana, con la madera de la chimenea tronando, con su risa, se que usted puede volver a tener ese espíritu que tuvo y si no es así entonces no me quedara más que lamentar mi fracaso, pero cabe recalcar que a usted todavía le queda una Elizabeth para navidad.
(736 palabras)
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Una carta de Navidad
ContoCarta realizada para el concurso #ClasicosNavidad por @ClasicosES