El origen de Nalgas-Man.

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Era un día como otro cualquiera, pero había algo que lo hacía especial, muy especial: Helldog se había puesto en camino a la tienda para comprar los componentes electrónicos que necesitaba.(Teclado, webcam, capturadora...) Tras un largo viaje, llegó, pero tenía un problema... Tenía unas ganas tremendas de cagar, y no se podía aguantar hasta llegar a casa, así que entró a un bar que había cerca.

-.CAMARERO.- Buenas, ¿qué desea?

-.HELLDOG.- Eh... Una ración de croquetas y el baño, por favor.

-.CAMARERO.- Por ahí, al fondo, por ese pasillito, la puerta con el cartel en el que pone "W.C.".

-.HELLDOG.- Gracias.

Diciendo eso, Helldog salió corriendo hacia el baño, aún dando botes. Iba tan distraído que se chocó con un tío.

-.HELLDOG.- Lo siento.

-.EL TÍO.- Tenga más cuidado.

-.EL OTRO TÍO.- Tranqui, tío, no grites...

Y se metió al baño. En ese momento, Helldog hizo fuerza y empujó como siempre había hecho en esas circunstancias. Tras haber acabado, miró a un lado. Asustado, miró al otro lado. Desesperado, se puso a mirar en todas direcciones. En ese momento, Helldog se dio cuenta de una terrible realidad: no quedaba papel higiénico. Enfurecido, dio un golpe, tirando un azulejo de la pared al suelo. Desconcertado, miró tras el hueco dónde estaba el azulejo.

-.HELLDOG.- ¿Da faaak?

Sorprendido, descubrió que, tras el azulejo, había nada más y nada menos que un rollo de papel higiénico, rodeado de un haz de luz, como si de un regalo divino se tratase. Aliviado y agradecido tomó el regalo de los cielos, dándose cuenta de que, de hecho, no era ningún haz de luz, sino que era el propio rollo el que emitía un brillo de claro tono verdoso.

-.HELLDOG.- Bueno, igual me pinta el culo, pero mejor verde brillante que marrón.

Tras ello, procedió a limpiarse el culo. Una vez completado el proceso, dejó el rollo de papel encima de la taza del váter, tiró de la cisterna y se lavó las manos, viendo cómo el culo de su reflejo brillaba ligeramente.

-.HELLDOG.- Tupendo.

Al salir, se volvió a disculpar con el hombre con el que se chocó, y se sentó para comer sus ricas croquetas de "carne de perro", antes de continuar su "odisea" en busca de los repuestos. Mientras tanto, los dos hombres se fueron al baño.

-.EL TÍO.- No hay moros en la costa.

-.EL OTRO TÍO.- Sí, claro, lo que sea. Tú pilla el rollo y larguémonos de aquí.

-.EL TÍO.- Ese es tu papel, el mío es asegurar la zona.

-.EL OTRO TÍO.- Claro, yo hago todo el trabajo y tú te quedas mirando... Vale, vale, ya voy... *Menudo vago...*

-.EL TÍO.- (Voy a ignorar eso...) ¿Eh?

-.EL OTRO TÍO.- ¿Y ahora qué?

-.EL TÍO.- El rollo no está entero, alguien ha debido de llegar antes.

-.EL OTRO TÍO.- Mira, tío, hemos venido a por un rollo, ¿no? Pues ya lo tenemos, larguémonos y ya.

-.EL TÍO.- El rollo debía estar entero, alguien ha debido usarlo...

-.EL OTRO TÍO.- ¿Y?

-.EL TÍO.- ¿Recuerdas que es radioactivo?

-.EL OTRO TÍO.- Bueno, pues si nos pillan, un testigo menos del que preocuparse, vámonos.

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