Prólogo

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-Katsuki!! 

-Katsuki!!!

-Alto, Bakugo!! 

Corría, corría como si su vida dependiera de ello. Desesperado y con su corazón a mil por hora. Corría con las lágrimas en los ojos, con una mitad de aquel ramo que tiró en aquella alfombra roja que lo conducía a aquel altar, en donde soñó que le juraría amor eterno a "ese quien creyó el amor de su vida".

-Joven Bakugo, espere por favor!! 

-Bakugo!! 

Los gritos hacían eco en aquella gran iglesia del centro me México, más por más que escuchara y algo le pedía detenerse, este no lo hacía, y solo aceleraba el paso para estar fuera, ya que su instinto le pedía a gritos de ir en busca de un sitio en el cual protegerse, ya que esos gritos eran mucho más fuertes que su razón. 

 Bakugou Katsuki corría destrozado, huyendo de toda la gente que lo miraba dolido al haber sido plantado en el que sería el mejor día de su vida: Su boda. Sus progenitores trataron de seguir a su hijo hecho practicamente pedazos, para consolarlo, pero él fue más rápido, y entonces al estar fuera de la iglesia, miró al todo el publico que miraba confundido al joven doncel más hermoso de México, quien miraba como si no conociera su propio entorno.

 Y entonces, al ver que sus progenitores salían por igual de la iglesia, este se echó a correr después de haber tirado los restos de aquel ramo de rosas rojas al suelo, y correr hasta el primer taxi vacío que pudo visualizar. 

 -Joven Bakugou Katsuki... Pero si usted...

 -Lléveme a casa. Por favor...

 Susurró con una voz quebrada y dolida, recogiendo la cola de aquel hermoso traje de "novio doncel", hasta que todo estuvo dentro y cerró bien la puerta.

 El taxista solo hizo su trabajo y arrancó hasta la mansión de los Bakugou, antes de que los progenitores del doncel lo alcanzaran y lo detuvieran. Cuando llegó hasta su mansión estando más muerto que vivo, le dio su anillo de compromiso y los pendientes que tenía en las orejas, que les había dado su "prometido", diciéndole al taxista que no tenía dinero encima, y que no quería esas porquerías en él. Y entonces, como si de un zombie se tratase salió del auto, y viendo a todos los empleados que lo vieron llegar a tempranas horas de la fiesta pararon su labor para mirarlo curiosos. Normalmente, este todavía debía seguir en medio de la ceremonia. Qué hacía él ahí? Qué le pasó al príncipe de los donceles?

 -Paren todo, recojan todo y vayanse de aquí... Les pagaré todo mañana, lo prometo pero... Solo largense de mi casa...

 Pidió el menor, y entró a la mansión, solo para subir apurado a su habitación y encerrarse ahí, solo para que después, los empleados contratados para la boda, más los de aquella mansión, fueran testigos de fuertes gritos, llantos y cosas rompiéndose en ese cuarto, entendiendo el porqué, Katsuki había llegado así a su hogar.


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//He aquí el prólogo. Ese traje, es el de Katsuki en este capítulo. Espero que no me odien por hacerle llorar, más serán recompenzadas por esto, confíen en mí. 

Hasta entonces, señoritos/as :) 

Soy tu dueño (Dekukatsu)Where stories live. Discover now