Prólogo

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El pequeño doctor corría por los pasillos del hospital en busca del pequeño Thomas que se había caído de las escaleras en su escuela.

Llegó lo más rápido que pudo y revisó la herida. No era tan profunda pero necesitaría unos puntos.

El niño lloraba pero Louis trató de tranquilizarlo enseñándole su colección de superhéroes. Esa colección la tenía en su oficina porque distraía a los niños y a parte tenía juguetes a los que le regalaba a los niños que llegaban al hospital.

Terminó de hacer las puntadas y le regaló a Thomas un muñeco del hombre araña que le logró sacar una sonrisa, el niño se fue feliz contándole sobre su muñeco a su madre.

Amaba esa parte de su trabajo de ver a los niños felices, por eso mismo decidió ser pediatra y también por amar mucho a los niños. Siempre se imaginaba a si mismo sosteniendo un bebé y cantándole.

Salió de su pequeño transe cuando la voz de su mejor amigo lo interrumpió de sus pensamientos. Nunca podía estar tranquilo unos momentos.

"Entonces, ¿vas a ir al club Louis?" se escuchó la voz de su mejor amigo Zayn.

Se conocían desde la preparatoria y ambos estudiaron en la misma universidad, nada más de que el morocho decidió especializarse en cardiología.

Se conocen tan perfectamente y piensan a veces las mismas cosas.
Han estado en sus buenos y malos momentos. Siempre apoyándose mutuamente y preocupándose de su salud. A parte de ser compañeros de crímenes.

Como la vez en la que el morocho se el ocurrió hacerle una broma al ojiazul. Él haría a Louis sentarse en una silla y que le cayera sangre de pollo y unas cuantas plumas de aves.

Pero no contó con que ocuparan el lugar primero que el ojiazul y bueno no salió como había planeado. Una semana de detención solo porque fue a la directora a la que le cayó eso. Y como buen amigo que es dijo que la idea había sido de Louis así que los dos fueron castigados y bueno, al castaño no le importo porque fue muy gracioso.

"No sé... no quiero salir hoy."

"Esa es la respuesta que me has dado desde hace cuatro semanas." el morocho quería que su amigo saliera a divertirse pero es muy difícil convencer a Louis de que salga pues su única prioridad son los niños.

"No quiero." lloriqueo el castaño pues eso de ir a sudar a un lugar con desconocidos no le agradaba en nada, prefería mil veces quedarse en su departamento y ver Netflix con un gran tazón de helado.

"Déjate de berrinches... no sé, quizás encuentres al amor de tu vida, te cases y puedas tener ese bebé que tanto quieres." habló el morocho.

A pesar de solo tener 25 años, Louis ansiaba muchísimo tener una familia y tener en sus brazos un bebé pero solo había un problema. Los hombres son unos patanes que solo buscan sexo y el buscaba a alguien a quien amar.

"Zayn ¿cuándo has visto a un hombre en un club que busque una familia?" preguntó el ojiazul regalándole una mirada a el morocho.

"Nunca... pero presiento que encontraras a tu príncipe, bebé."

"Bueno." terminó aceptando el ojiazul.

"Ese es mi Louis, ahora lárgate a tu departamento, date una ducha y nós vemos en el club."

Con eso se despidieron y se dirigieron a sus respectivas oficinas para recoger sus cosas e irse a sus departamentos.

•••

El rizado estaba corrigiendo los últimos datos para la exportación de transportes a Asía. Ser el dueño de la empresa más grande de transportes en Londres era cansado, lo único que quería era llegar a su casa y meterse debajo de sus sábanas.

Pero no contaba con la insistencia de su amigo.

"Vamos Harold... el club se pone divertido." comentó el ojimiel tratando de convencer a su amigo.

"Liam, ya te dije que estoy muy cansado"

"No seas aguafiestas y vamos." siguió insistiendo el ojimiel, no se iría de ahí hasta que el ojiverde aceptara.

"No quiero Liam, ¿qué no entiendes?"

"Vamos, capaz te encuentres a alguien, te enamores y dejes de ser tan gruñón." Liam quería ver la felicidad en el rizado. No quería que siguiera con su *no creó en el amor*.

"Yo nunca me enamoraré."

"Harry por favor, vamos y no te doy la charla de siempre."

"Okay... pero deja de molestarme." habló el rizado un poco enojado pues el ojimiel parecía un niño que quería un dulce.

"¡Si! Te mando la dirección por mensaje." y con eso Liam salió de la oficina de harry para ir a su departamento y cambiarse.

"Genial" El rizado guardo los papeles que le faltaban y salió rumbo a su casa.

•••

El club estaba repleto de personas tanto hombres como mujeres que buscaban alguna diversión de una noche.
P

ero no Louis.

Él estaba sentado en la barra del bar pues había perdido a Zayn apenas entraron así que no tuvo otro remedio que sentarse ahí a esperarlo.

Era por eso que nunca salia con el morocho porque siempre lo terminaba olvidando. Tan sumido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que un tipo de cabello rizado llegó cerca de él.

"Liam, me dijiste que viniera y ya te largaste con quien sabe quien."
exclamó algo enojado el rizado pues a parte de dejar su cómoda casa para venir, lo deja el ojimiel para irse con alguien más.

El castaño escuchó todo lo que el rizado le decía a la persona del teléfono.

*También lo abandonaron como a mi* pensó el ojiazul.

"Te abandonaron, eh." habló el castaño apenas cortó la llamada el rizado.

"Si." contestó simplemente el ojiverde odiaba estar hablando con extraños aunque este castañito era muy lindo.

"Mi amigo también me abandono." dijo Louis haciendo un puchero.

El rizado pensó que era muy tierno ese pequeño.

"¿Qué tal si nós hacemos compañía?" propuso pues no quería estar solo y aburrido.

"Claro." el ojiazul se acercó al asiento que los separaba y extendió su mano. "Soy Louis."

"Harry." dijo estrechando la mano del ojiazul con una hermosa sonrisa.

Y ese fue el comienzo de su historia.

YOU ARE THE REASON [M-preg Larry].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora