Verde puro.

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Te escribí una canción después de mirarte desde mi banco favorito. Era fantástico porque para ir a mi casa tenías que subir una pequeña colina, donde estaba el solitario banco y por donde podías tener una maravillosa vista de la ciudad y, de la persona más hermosa de todo el mundo: Oh SeHun. O sea tú.

SeHun.

Ah, sí. Soy un hombre lobo cuyo sentido del oído esta defectuoso. Puedo escuchar pero son ecos lejanos y distorsionados y eso, dependiendo de lo que sea que este escuchando. Las voces, son nulas y por eso aprendí a leer labios; el sonido de la lluvia es mudo pero puedo sentir cuando va a llover; puedo localizar a alguien aun si está muy lejos como para recoger su aroma pero la música, es algo que puedo escuchar con mejor claridad.

Para la gente normal no es mucho problema porque tienen humanos que también están sordos parcialmente o completamente y para unos, existe la posibilidad de escuchar con ingeniosos aparatos de sonido. Pero yo no. Los aparatos auditivos no sirven conmigo como con los humanos.

Nadie quiere un lobo defectuoso.



Nací como el segundo hijo de la mano derecha del alfa de la manada, así que, como se esperaba de un hombre muy fuerte y respetado, sus hijos debían ser igual de fuertes y útiles. Mi hermano mayor nació fuerte y ágil pero yo no. Era una tradición que cuando los miembros tenían un hijo, este o esta aullara por primera vez al escuchar a la manada hacerlo pero cuando todos aullaron para enseñarme como, me quede callado a pesar de que los miraba.

Los exámenes empezaron pero en ese entonces, no podía escuchar nada de nada. Para ellos, que eran mi familia, fue una deshonra.

Un lobo sordo era inútil para ellos.

Mis padres intentaron todo lo que estuviera en sus manos para hacerme capaz de escuchar, y conforme fracasaban, empezaron a descargan su decepción en mí. Mientras mi hermano aprendía a cazar sin hacer nada de ruido y era elogiado por ello, yo era obligado a recibir golpes si no reconocía los ruidos que ellos me ponían. Mientras mi hermano corría junto a los otros lobeznos jóvenes y enorgullecía a nuestros padres, yo estaba encerrado para no causarles vergüenza porque no podía participar en las búsquedas que se les ponían a los jóvenes.

La gente en la manada hablaba con lastima acerca de la triste situación de mi familia, diciendo que era una verdadera lástima que uno de los hijos del beta fuera sordo. Incluso cuando pude empezar a distinguir sonidos lejanos, todos me siguieron tratando como lastre.

Iris arriba *[SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora