❬ ೃ 𝕐 𝕥𝕠𝕕𝕠 𝕡𝕠𝕣 𝕦𝕟 𝕣𝕖𝕥𝕠 ¡! ✿﹞❞

𝐄𝐥 𝐩𝐥𝐚𝐧.

Era Martes por la tarde, Jungwoo, Ten, Kun y Taeil se encontraban en la habitación de el último nombrado, dispersos por todos lados. Ten y Taeil recostados en la cama de este, en el piso, Kun y Jungwoo sentados en forma india, uno al lado del otro.

─ Chicos, me voy a morir de aburrimiento. ─ lloriqueó el chino, recostando su cabeza en el hombro de Jungwoo ─. Deberíamos hacer algo, hay que darle emoción a esto.

─ ¿Y qué podríamos hacer? Si quieres emoción, ¿por qué mejor no vas con Lucas? Él siempre logra emocionarte. ─ contestó Ten de forma burlona, enderezándose en la cama, de igual manera estaba aburrido y acostado no iba a lograr que nada entretenido pasara.

─ ¡Cierra la boca, Ten! ─ chilló avergonzado, sintiendo como sus mejillas se calentaban.

Para ninguno en esa habitación era un secreto, pero aún así no podía evitar sentir vergüenza. A veces se lamentaba de haberles contado, pues siempre buscaban la forma de sacar el tema y burlarse de ello. La suave risa de Jungwoo lo distrajo de sus pensamientos y una idea cruzó por su mente, oh, esto iba a ser más que entretenido.

─ Juguemos a verdad o reto, y no se atrevan a decirme cosas como "eso ya está muy usado". ─ amenazó al ver que Ten estaba dispuesto a abrir la boca para contradecirlo ─. Vamos, por favor, ¿verdad que tú si quieres jugar, Junguwu? ─ preguntó de forma empalagosa mirando al menor haciéndole ojitos de cachorrito abandonado, sabía que no le daría una negativa. ¿Quién le negaría algo a ese bello rostro?

Jungwoo lo miró por unos segundos con una pequeña sonrisa traviesa, colocando una de sus manos en su barbilla como si realmente se estuviera pensando el jugar o no.

─ Sabes que sí, hyung.

Taeil que hasta ahora había estado fuera de la conversación por estar metido en el celular al escuchar lo que harían sus menores, bloqueó su celular, lo dejó en la pequeña cómoda que estaba al lado de su cama y al igual que Ten se sentó en la cama.

─ Yo también me uno. ─ habló el mayor de todos levantando una de sus manos.

─ Bueno, ya que todos van a jugar, yo igual entro. ─ le siguió el tailandés.

« Perfecto » Pensó Kun, si esto salía como imaginaba no sólo sería entretenido para todos, sino que también ayudaría a su adorable amigo.

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