Todo empezó por la apuesta.

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    ¿Qué lo había llevado a meterse con un mocoso de 17 años? Ni él sabía que cruzaba por su cabeza al ir a besar a aquel niño que sólo estaba disfrutando con sus amigos de la fiesta que se hizo ese día en Morioh, no sabía como pasaron de darse unos besos a terminar en la cama. Para su mala suerte no había consumido nada con alcohol, así que la excusa de decir que actuó así por ebriedad era descartada rápidamente.

  Todo aquello pasó por seguirle el juego a uno de sus amigos, todo por una estúpida apuesta que decidió seguir a modo de diversión, para solamente eso, divertirse, pero la situación era diferente ahora, su cabeza maquineaba a mil por hora buscando una respuesta racional al dolor de sus caderas, no podía ser posible que un adolescente pudiera moverse de tal manera, lo de esa noche había sido salvaje, lo hicieron en todas las poses conocidas hasta largas horas de la madrugada y su cuerpo le pasaba factura por ello, después de todo no tenía contacto sexual con alguien hace como unos 3 años y de repente este chico le hacía ver el cielo y las estrellas. Decidió calmar su orgullo herido mintiendose a si mismo diciendo que fue todo producto de esa larga abstinencia, pero muy en el fondo, sabía que ese niño sabía moverse, y demasiado bien.

(Pequeño resumen de lo pasado esa noche)

  Eran las 20:30 p.m y ya todo el pequeño pueblo de Morioh estaba en el puerto para celebrar los 200 años de la fundación del mismo, había música, comida, hasta se tomaron la molestia de hacer un pequeño cronograma donde pondrían distintos bailes de los que cualquiera pudiera disfrutar.

  Kishibe Rohan veía todo aquello con tranquilidad y cierto orgullo en el pecho, ya que él nació ahí y volvió luego de vivir unos años en Japón, por decisión propia de tomarse unas vacaciones ¿Qué mejor lugar para relajarse que en el pueblo donde nació? Después de todo, su manga podría esperar unos días, se encontraba bastante estresado y necesitaba bajar unos cambios a su ajetreada vida. Había llegado en el mejor momento, justo para esa fiesta, aunque él nunca fue una persona festiva en éste caso era distinto, aquí las personas se divertían sanamente, todos charlaban y se llevaban bien, eso le encantaba.

  El festejo iba tranquilo, los niños jugaban, los adultos conversaban y hasta algunas personas se acercaron al joven mangaka a pedirle una foto y unos autógrafos, quién con gusto accedió a dárselos, algo serio, pero no le molestaba, al menos no por ahora.

-¡Rohan! ¡Tanto tiempo!- escucho su nombre provenir de cierta persona conocida, le llamo la atención ya que no esperaba para nada verlo allí.

-¿Noriaki? ¿Pero que haces por aquí?- su rostro de sorpresa mezclado con felicidad eran graciosas, se dirigió donde estaba el mencionado, abrazándolo de manera fraternal, realmente feliz de volver a ver a su mejor amigo de la universidad de artes, donde estuvieron casi los mismos años estudiando aquello que tanto les encantaba.

-Pues vine con mi novio ¿Recuerdas ese chico que parecía un matón? Ahora es un reconocido biólogo marino- le susurro ante la sorpresa del otro.

-No me digas que...- buscando con su vista a quién pensaba que era, viéndolo a lo lejos, conversando con otro muchacho de peinado llamativo, ya que era muy parecido al del famoso Elvis Presley. -¡Estás con Jotaro Kujo!- su sorpresa no podía ser más grande, y ante el sonrojo de su amigo se dio cuenta que era cierto, a fin de cuentas estaban juntos desde la secundaria, pero no pensó en realidad que estuvieran tantos años, eso lo hizo feliz en el fondo.

-S-si, al final terminamos viviendo juntos, tanto como tú dijiste Rohan- dijo nervioso recibiendo una risita de burla, seguido de una felicitación. -ven conmigo, quiero que charlemos más- lo tomo del brazo empezando a llevarlo donde estaba el famoso Jotaro junto a ese muchacho y otros dos más que se veían eran estudiantes.

-Jotaro, cariño- dijo llamando la atención del moreno quién miro celoso a quién tenía tomado del brazo su pareja. -él es Kishibe Rohan, el mangaka del que te hable, fuimos buenos amigos en la universidad- menciono feliz, con una tierna sonrisa.

-Mucho gusto señor Kujo, sus investigaciones fueron fuente de inspiración para uno de mis mangas, ahora puedo agradecerle en persona- se presento estirando su mano, recibiendo un apretón rudo por parte de Jotaro, pasó a mirar ahora al trío de niños que lo miraban curioso, especialmente el de peinado alocado, tanto así que los miro de forma seria. -¿Ustedes que tanto miran?- les dijo cruzándose de brazos- al menos saluden a un mayor frente a ustedes- exigió incómodo o mejor dicho molesto, no le gustaba que lo miraran tan fijamente sin decir nada, mal hábito suyo.

-Mucho gusto señor Rohan, soy Higashikata Josuke- hizo una pequeña reverencia extendiendo su mano el muchacho de peinado ostentoso. - mis amigos son Nijimura Okuyasu y Koichi Hirose- señalando a un chico primero con dos cicatrices en el rostro y luego señalando al más bajito de ojos azules.

-"Josuke, que lindo nombre para alguien con una cara tan tonta"- pensó mientras escuchaba de manera vaga como Koichi les contaba a los otros dos el trabajo que Rohan hacía, mientras miraba de manera atenta cada gesto que ese niño llamado Josuke mostraba en su rostro, se veía que era noble, inocente y bondadoso, nada que ver en comparación a él que era frío, serio, aburrido y hasta amargado, eran completamente opuestos y para variar era menor, aún así, no se quito la posibilidad de imaginar a ese tonto seduciéndole de una forma torpe, completamente sonrojado y nervioso. Ese pensamiento lo hizo reír, llamando la atención del chico al que llamaban "Jojo", lo vio y estaba como en su mente, con sus mejilla embotadas en rojo mirándolo sin quitarle la vista de encima, sería divertido quizás jugar un poco con él.

(...)

Primer capitulo, es mi primera vez haciendo un Josuhan, así que bueno, disfruten.

Atte: Eris.

Lo prohibido sabe mejor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora