BTS x Lectora One Shot

Namjoon

   Hola a todos!! Antes de que empiecen a leer este oneshot, me gustaría que prestaran atención a este anuncio:

   Para los que no leyeron el mensaje que envié. He estado ocupada con los exámenes de la universidad. Así que pido disculpas por no haber subido nada. 

Para las que aún no se han dado cuenta, estoy haciendo la adaptación de "Un beso en París" de Stephanie Perkins. Una trilogía que amo.

Sé que me voy a volver loca adaptando y encima en corregir los errores de la traducción que poseo... Pero bueno, esto es para una buena causa. 

   Sin nada más que decir, voy dejarles leer en paz esta cosita con el dios de la destrucción, digo el chico de los lindos hoyuelos... No importa, ustedes me entienden.

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    Tu relación con Namjoon iba de maravilla. Puede que pelearan algunas veces, pero luego de que las aguas se calmaran y hablaran sobre ello, se solucionaría el problema. Para sorpresa de sus amigos, desde que ustedes decidieron vivir juntos, Namjoon no ha roto nada.

   Siempre te molestan con "Por fin has domado a la bestia", ganándose unas miradas de odio por parte de su líder aunque no asustarían para nada porque terminarían riéndose de ello. 

   Cada vez que recordabas el día que te invitó a salir o cuando te presentó a sus amigos, no eras muy positiva en ese tiempo. Debido a la apretada agenda que el chico tenía. Pero ahora, esos recuerdos eran muy importantes para ti. Sonreías como una boba enamorada. 

   En estos momentos, te encontrabas haciendo el desayuno para los dos. Namjoon había vuelto agotado luego de tantos ensayos, que lo dejaste seguir durmiendo. Realmente se lo merecía. Se encarga no sólo de ayudar a sus compañeros, sino que también debe hacer las canciones, la música, verificar con PD min que todo estuviera en orden y no se esté omitiendo nada en los contratos.... Lo admirabas muchísimo, porque a pesar de estar muy ajetreado, hacía un espacio en su agenda ya sea para verte, llamarte o enviarte un mensaje.

   Cuando terminaste de cocinar, te quitaste el delantal y dejaste todo preparado en la mesa. Subiste las escaleras para despertar a tu bello durmiente. En cuanto entraste a la habitación, lo encontraste en la misma posición que cuando te habías levantado: las sábanas llegaban hasta su cadera, un brazo arriba de la almohada y el otro por debajo y su cara en dirección hacia ti. No pudiste evitar sonreír. Se veía muy tierno y mucho más con el nuevo tinte en su cabello. 

   Te acercaste sin hacer mucho ruido y picaste suavemente su mejilla. Arrugó la nariz y enterró su rostro en la almohada.

 - Nam... el desayuno está listo- Dijiste pero no reaccionó. 

 - Cinco minutos más...- Murmuró cansado. 

 - Son como las 11 de la mañana.- Te sentaste en la cama y pasaste tu mano por su espalda.

 - ¿Por qué no te quedaste en la cama?- Se giró en la cama quedando boca arriba - Me habría gustado despertar contigo a mi lado y seguir acurrucados.- Colocó sus brazos detrás de su cabeza.

 - Sabes que una vez que me despierto, no soporto estar acostada mucho tiempo.- Hizo puchero.

 - Aún así...- Besaste su puchero.

 - Vamos dormilón.- Palmeaste su pecho y te paraste - El desayuno se enfriará y no tendrá muy buen sabor.- Lo oíste quejarse y luego se sentó en el borde. 

 - Eres mala.- Rodeo tu cintura con sus brazos y apoyó su cabeza sobre tu hombro. 

 - Tal vez sí, tal vez no... quién sabe.- Reíste al verle hacer puchero - ¿Qué quieres?-