Coffee » YOONMIN «

»16«

Bien, hoy era un día demasiado tranquilo para Seokjin.

Mientras él estudiaba y trabajaba, Hye permanecía en la guardería.

A veces sentía que Hye era su propia hija, como un padre soltero. A veces también recordaba que era solamente la sobrina de Jimin y le estaba haciendo el favor.

No decía nada, no se podía quejar. El dinero que Jimin le enviaba le ayudaba bastante, y últimamente Park iba seguido q verli, dándole tiempo a descansar.

Ella era tan tranquila, estaba casi ausente cuando iba a buscarla e incluso cuando llegaban a casa.

Seokjin la apreciaba mucho, porque le ayudó a dejar su soledad.

Por eso, el ver a un hombre alto, de piel morena y ropa negra saliendo de la guardería con la pequeña en brazos, lo asustó e hizo reaccionar su más salvaje lado.

Corrió los siete metros que quedaban entre ellos y golpeó al hombre con su portafolios lleno de libros pesados de medicina.

Rápidamente le arrebató a la niña y el hombre cayó al suelo, recibiendo más golpes.

—¡Jodido— golpe— pedófilo—golpe— violador—golpe— animal—golpe— infeliz!

La pequeña sólo reía en sus brazos, la situación era muy divertida para ella.

—¡Detente!— Pidió el tipo.

—¡¿Se puede saber qué rayos hacías con Hye?! ¡Ahora!

Bien, Seokjin daba sólo un poquito de miedo, sólo un poquito.

—¡Yoongi me pidió venir por ella!— contestó el otro, algo adolorido por los golpes.

—¿Yoongi?— Hizo una pausa.— ¿Min Yoongi?

—¡Sí!— Se levantó frustrado, con una mano en su nuca tratando de calmar el dolor.— Me dijo que era sobrina de su novio y me pidió que la llevase con ellos.

—¿Novio? ¡Ja! — soltó una risa sarcástica.— Ella es sobrina de Park Jimin y, lamento decirte que Jimin no tiene novio.

El más alto lo miró incrédulo.

—Al parecer tu amigo no te informó de nada. Como sea. — Limpió su saco negro y estiró sus brazos— Dame a la niña.

—¡No!— Se puso a la defensiva.— ¿Cómo puedo creerte?

El otro suspiró, cansado de la situación.

— Soy Kim Namjoon, tengo veintiséis años. Trabajo para Min Yoongi y mi obligación es llevar a esta niña a la mansión donde vive con su pareja. Park Jimin lo pidió.

Seokjin se negaba, no podía confiar plenamente en sus palabras. Pero, arriesgarse no le vendría mal.

—Bien. Puedes llevarla. Pero yo iré contigo.— Se negó a dársela en brazos, si iba, al menos él la llevaría.

Namjoon bajó los brazos y acomodó su saco, dispuesto a avanzar.

—¿Iremos caminando? La casa de Min queda lejos.— Protestó, caminar desde su universidad hasta su casa era agotador, peor sería hasta la casa de Min.

Namjoon sólo lo ignoró y sacó sus llaves, una lujosa camioneta negra abrió su puerta y Namjoon entró, cerrando la puerta y bajando el vidrio del copiloto.

— ¿Vas a subir?

—¿No tienes una silla especial para ella?— preguntó, como si fuera obvio.

Namjoon sólo negó.

—¡¿Eres idiota?! ¡No puedes llevar a un bebé en un auto sin un asiento para bebés!

—Sube de una vez, la próxima sí traeré uno.

[...]

Yoongi abrió la puerta, encontrándose con Namjoon y teniendo la molesta necesidad de mirar hacia arriba.

—Tardaste.— murmuró.

— Tuve cierto imprevisto.— Respondió, haciéndose a un lado para dejar ver a Seokjin con la niña en brazos.

—Así que era verdad.— Murmuró el mayor de los tres, con el ceño fruncido.— Si me hubieras pedido que la traiga no hubiera tenido problema.

—Lamento si Namjoon te causó molestias.— El moreno miró confundido a Min.— Suele ser bruto a veces.

—¡Señor!— interrumpió.— ¡Él fue quien me golpeó con su bolso! ¿De verdad va a decir eso de mí?

—¡Cállate! Con esas pintas...Nadie dudaría que pareces violador.— Rechistó el mayor.—¿Dónde está Jimin?— está vez miró a Yoongi.

—¡Hye!— el recién nombrado llegó corriendo y tomó a su sobrina en manos, la abrazó y besó su frente para luego mirar a Seokjin.— Hola hyung, gracias por traerla.

Nadie esperaba el coscorron en su cabeza.

—¿Cuándo ibas a decirme que Min es tu novio? Idiota. ¿Acaso te olvidaste de nosotros? Imagínate las barbaridades que te dirá Hye si supiera hablar.— protestó, sin dejar hablar al otro por un segundo.

—¡Hyung!—alzó la voz, logrando que el otro lo dejase hablar.— iba a decirte lo. Pero no sabía cómo.— avergonzado, escondió su rostro en el hombro de Yoongi y el mayor sonrió.

—Por favor cuídalo.— Pidió Seokjin.