IV

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La chica se tomó la molestia de explicarles con todos los detalles del mundo cada rincón de la casa y cómo pagarían después del primer mes así que tuvieron que prestar toda la atención que podían aunque Jimin era el más interesado por saber que era su nuevo hogar. Quizás fuera su hogar temporal, o tal vez no, así que lo cuidaría un montón y no dejaría nada fuera de su lugar. En cuanto la chica se retiró, Jimin no tardó en dar saltos muy emocionado y corrió por toda la amplia sala. 

La casa contaba con dos pisos, una sala, una cocina y un patio sumamente grande, por no hablar de las tres habitaciones que tenían baño propio sin contar el principal. Definitivamente era un palacio para Jimin, quien seguía corriendo de un lado a otro en la sala hasta que decidió detenerse en frente de Jungkook que no hacía más que mirarlo con una sonrisa. 

  — ¡Me gusta mucho! — Jimin no tardó en lanzarse a sus brazos para abrazarlo fuertemente. 

— A mí también pero cuando esté decorada será mejor todavía.

Las paredes estaban vacías y que estuvieran pintadas de blanco no ayudaba en absolutamente nada pero mejor así, eso significaba que podían cambiar todo a su gusto sin problema alguno. Jungkook quería borrar todos los recuerdos que tuvo cuando llegó ahí estando tan solo y sin Jimin. Recordó cierta habitación y abrió su boca en una pequeña "o". Jimin no tardó en darse cuenta de eso.

— ¿Qué ocurre? — Ladeó su cabeza.

— ¡Ven, ven! — La sonrisa de Jungkook era hermosa pero cortó el abrazo y tomó la pequeña mano de Jimin para llevarlo al segundo piso, exactamente a una de las habitaciones. 

El rubio no entendía absolutamente nada pero la emoción que demostraba el peligris era suficiente para que se le contagiara así que cuando llegaron a la habitación sonreía demasiado. La habitación estaba totalmente vacía a excepción de las cortinas que decoraban la ventana, y era tan blanca como toda la casa. 

Jungkook abrazó al rubio por la espalda y apoyó su barbilla en el hombro de éste. 

— Aquí podríamos pintar todo lo que queramos. Es como nuestro espacio para hacer tonterías. — La sola idea de que la historia había cambiado, que ya no lloraba a solas en esa habitación mientras pintaba, llenaba su pecho de mucha emoción.

No supo por qué pero Jimin había comenzado a llorar de un momento a otro y eso lo asustó demasiado que cortó el abrazo para girarlo. 

— ¿No te gusta? — Preguntó con algo de temor.

Pero la sonrisa de Jimin fue más que suficiente para entender que la respuesta era todo lo contrario. 

— ¡Me encanta, Jungkookie! — Además, Jimin de un salto se había subido a Jungkook como un koala y no quería bajarse en lo más mínimo así que éste tuvo que sujetarlo por las piernas para evitar un accidente. No solo eso, sin querer avanzó y apoyó al chico de la pared más cercana haciendo que la escena se volviera un tanto extraña.

— Me alegra demasiado. He pensado que podríamos comenzar tan pronto como tengamos pinturas. — Apoyó su frente en la de Jimin y no borraba la sonrisa.

— Sigo agradeciendo a las estrellas que hayas llegado a mi vida. — Las lágrimas de Jimin no se detenían a pesar de estar tan feliz. 

— Te amo.  

— ¿Eh?

— Eso. Te amo, Jimin.  

Jungkook fue soltando poco a poco a Jimin para que estuviera de pie pero no rompía el contacto visual en lo más mínimo, sentía que el momento era sumamente especial como para hacerlo por timidez o por cualquier otra cosa. Y es que después de tanto tiempo tenía la oportunidad de decirle al dueño de su corazón todo lo que sentía y que había aguantado.

Euphoria.┊Jikook / Kookmin┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora