¿Eres la nueva?

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Nos íbamos a mudar... No penséis que empecé a llorar desconsolada, porque no sería cierto.

Mis amigas vinieron a mi casa y me trajeron regalos, después empezaron a llorar, a decirme que nada sería lo mismo sin mi...

Yo sabía que no era cierto, probablemente se olvidarían de mi en cuestión de meses y buscarían a alguien que ocupara mi lugar ... O a lo mejor yo significaba tan poco para ellas que ni se molestarían en rellenar el vacío que deje.

Siempre me resultó fácil gustar a la gente, no requería mucho esfuerzo. Pero nunca, nunca he tenido un amigo verdadero, un amigo que se preocupara si un día faltaba al instituto.

No creo que hoy en dia existan amigos así, pero los libros ( mis mejores amigos por el  momento) me hicieron creer eso.

- Lucía- la voz de mi madre me devolvió a la realidad.

- Dime mamá

- No te quedes embobada mirando al infinito y ayudame a empaquetar, anda.

- Ya voy- dije desanimada 

- Te ocurre algo - preguntó mi madre con preocupación.

- No, estoy bien - dije intentando sonreír.

- ¿Estas triste porque nos vayamos a mudar?

- No mamá, no me ocurre nada de verás -

- No te preocupes seguro que haces un montón de amigos nuevos.

Si ya...amigos nuevos , suspire y empecé a empaquetar. Ya terminado el trabajo fuimos al jardín a montanos un camión que decía:mudanzas fernandez. 

El camión arrancó de lo que era mi antiguo hogar miré el móvil y ya tenía 7 llamadas perdidas todas de mis todavía amigas. El viaje era muy largo y comencé a leer el libro que traía conmigo.

Cuando por fin llegamos a lo que iba a ser mi nuevo hogar he de admitir que me quede sorprendida.  ¡Mi nueva casa era enorme! tanto  que me emocioné al entrar, pero ya era realmente tarde y casi  me caía del sueño, además mañana tenía que ir al instituto así me metí en la cama dispuesta a soñar.

Al día siguiente al despertarme casi me da un infarto: era tardisimo me levante de un salto, cambie a toda prisa tome un zumo de un trago y salí disparada.

Con suerte llegue a tiempo. Las primeras horas se me hicieran eternas y casi no escuchaba a las explicaciones del profesor , al llegar la hora del recreo me disponía a coger el libro y pasarme el recreo sola, y así fue por un par de semanas, no me sentí excesivamente mal hasta la 3 semanas de haber estado sola, y sin compañía se me acercó Patricia la única  chica con la por lo menos intercambié un par de frases durante el tiempo que llevaba aquí

- Hola Lucía, ¿Qué haces aquí  sola?

-  No sé, adelanto un poco los deberes supongo

- ¿Porque no te vienes con nosotras?, pareces aburrida

- Si, claro, me encantaría, gracias- La respondí

¿Mejor mal acompañada que sola no?


¿Realmente me quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora