Alfredo

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—¿Dónde estaban? Los estuve buscando todo el rato — vio a Erick — ¿Qué te pasó? ¿Estás bien? ¡Está sangrando! ¿Que hacían? ¿Quién...

—Tranquila, Karla —intente tranquilizarla — fue el idiota de Alfredo...

—¡ESE IDIOTA ME LAS VA A PAGAR! —Salió corriendo, sin dejar que ninguno de los dos la paráramos.

*^*

—¿QUÉ TE OCURRE? —empujó a Alfredo — ¡Eres un estupido!, ya todos sabemos que tienes problemas, pero, por dios, ¡Resuélvelos tu! ¡Deja a la gente en paz!

—¡Jaja! ¿Es en serio, niño pobre? ¿Una niña te tiene que defender? —río, viendo a Erick a lo lejos— me das asco... —volteo a ver a Karla— en cuanto a ti —la empuja hasta tirarla al suelo — no te metas en problemas que no son tuyos —se fue.

Erick ayudó a Karla a pararse y tranquilizarla un poco, estaba llorando y maldiciendo a Alfredo.

Yo, en cambio, me quedé parada. Quería ser buena amiga e ir a ayudarla, pero creo que para ella es mil veces mejor que su crush la ayude, ¿no?. Después de un rato decidí irme, no quería que empezaran los besos y yo estuviera de mal tercio.

*^*
Alfredo era guapo, era un jugador de futbol americano, uno de los mejores para ser específica, y el más popular, pero en realidad, con solo verlo no lo soportas. Dudo que alguien como él llegue a tener sentimientos o que demuestre alguna muestra de afecto. A veces me preocupa, quisiera saber qué ocurre con el, saber por qué es así.

—¡AMIGA! — me gritó a lo lejos Karla.

—¿eh?

—¡HOY ES EL MEJOR DÍA DE MI VIDA! — dio pequeños saltos por la alegría.

—Si claro, también sería el mejor de mi vida si un chico me tira al suelo — dije sarcásticamente — ¡Vaya! Te envidio —Reí.

—¡Ay! No seas así, no me recuerdes —nos quedamos calladas— Bueno te decía... Erick me invito a salir, dijo que para que no me sintiera mal me invitaba un helado DE CHOCOLATE, no podía negarme...

— y... Se besaron.

—¿CÓMO LO SUPISTE? —pego un pequeño grito — Besa deli.

No sé cómo lo supe, me sorprendo. Si una chica sale con su crush, qué raro sería que terminaran con alguno que otro beso. Y mucho más raro si la chica es demasiado hermosa como tú.

—¡Ay! Si te vas a enojar mejor no te cuento —Cruzo los brazos.

¿Te halago y ya estoy enojada?

¡NO ME ENTIENDES!

Entiendo, ¿estás en tus días?

Si —puso cara triste — pero eso no tiene nada que ver.

Para nada... —Cambie el tema — volviendo al tema en donde estábamos, ¿Qué pasó después del beso? ¿Ya son algo?

—Pues no, o no se — dijo confundida, no creo que haya pensado sobre eso — supongo... No se, mañana lo invitó al cine y le preguntó.

No sé porque sentí raro, como un pequeño dolor en el estomago, ¿Celos, quizá? No lo creo.

*^*

Jamás rendirse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora