¿Cómo se conocieron?
¿Por qué se separaron?
¿Se amaban mucho?... ¿Aún lo amas?
Nunca subestimen el interés de alguien por ti y tu vida amorosa...más si son tus no tan pequeñas sobrinas...
Elsa Arendelle y Hiccup Haddock, dos adolescentes profundamen...
-Deben de terminarse todo el desayuno-le dije a mis sobrinas-no pueden solo comerse las tostadas y dejar todo lo demás
-Estamos llenas-dijeron encogiéndose en hombros, siempre que se quedaban era igual
-Bien, si no se lo acaban lo habrá nada de dulces ni chocolates para ustedes
-Siempre nos dices eso tía y nunca lo cumples-dijo una de ellas y tenían razón, no podía negarles dulces a ellas y menos el chocolate
-Su madre me matara si sabe que no desayunaron bien y que además solo les di chocolates
-No tiene por qué enterarse, nosotras no le diremos nada-sonrieron ambas
-¿Qué quieren a cambio para que se terminen todo el desayuno?-dije rindiéndome, tenía que hacer algo sino quería que Anna me matara. Se miraron para después sonreír-Oh no
-Queremos que nos cuentes más sobre tu novio Hiccup
-No hay nada más que contar-dije seria
-Ayer solo nos diste un resumen de lo que fue su noviazgo, pero nunca nos contaste los detalles
-¿Por qué les interesa tanto?
-Porque somos tus sobrinas-respire profundo
-El ya no tiene relevancia en mi vida, además solo fue un noviazgo de adolecentes-me encogí de hombros-ustedes sabrán de eso cuando sea el momento y no necesitan que su tía les cuente acerca de sus ex novios
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-Está bien-dijeron al unísono para terminarse su desayuno. Agradecía el interés que tenían por mi vida pero Hiccup es una puerta que está sellada para siempre dentro de mí.
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-Muchas gracias por cuidarlas Elsa-dijo mi hermana cuando se despidió de mí
-Sabes que me encanta tenerlas aquí conmigo-dije medio sonriendo
-¿Te pasa algo?-negué con la cabeza-si te pasa algo, ¿Qué hicieron esta vez?-dijo molesta tomándome de las manos
-Nada Anna-le sonreí-de verdad no hicieron nada malo-ella entrecerró los ojos
-Si tú lo dices te creeré, pero que algo te pasa-yo solo reí-niñas, despídanse de su tía-se acercaron a mí para abrazarme al mismo tiempo
-Perdón por lo que paso en el desayuno-dijo una de ellas
-No se preocupen, no pasa nada-se alejaron de mi para subirse al auto. Cuando se fueron me senté en el sillón de la sala mirando hacia la nada. Era extraño que, después de tantos años, Hiccup aún me afectara. Hablar de él me ponía tensa y me causaba una sensación indescriptible pero no podría decir si era buena o mala.
