Parte 1

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Nuevamente te vi recogiendo las flores caídas a causa del viento, ahí estabas tu sonriendo como siempre. Hablándole a las plantas como si alguna vez fueran a responderte, tu mirada llena de ternura me cautivaba  por completo, tus mejillas sonrosadas a causa del frío te hacían ver más hermoso. Tu sonrisa era tan hermosa y perfecta como la de un ángel, tus manos eran tan pequeñas y frágiles que me daban ganas de tomarlas y nunca soltarlas, todo de ti me encantaba. Eras tan pequeño para tener dieciseis años, eras tan hermoso como para ser humano.

Te diste la vuelta y me miraste, viniste corriendo a donde estaba yo, me abrazaste tan fuerte y me dijiste que me querías mucho, "No tanto como yo Jiminie", fue lo que te dije, sonreíste y llenaste mi cara de besos. Tomé tus mejillas entre mis manos y te besé, te besé como la primera vez que lo hice, pero con más amor que antes, correspondiste el beso con la misma dulzura que siempre lo hacías, te amo tanto.

Comimos juntos y vimos película toda la tarde, sin duda alguna jamás olvidaré este día, me dijiste que tu madre no volvería hoy a casa, querías que me quedara contigo y yo no dude en aceptar, quería estar a tu lado y no alejarme nunca de ti. Esa tarde te amé más que nunca, esa tarde demostré todo lo que sentía por ti, tu me preguntaste si algo me pasaba, dijiste que actuaba extraño y más cariñoso, solo te respondí con un beso y un abrazo, tu sonreíste para mí como muchas veces lo habías hecho, tu sonrisa era tan hermosa, quería verla cada segundo de mi vida.

Te dije te amo, fue algo que solo quiso salir de mí y te lo dije, me miraste extrañado pero con una mirada tierna y una sonrisa en la cara, dijiste también que me amabas, volvimos a besarnos, pero esta vez fue distinta, aquel beso aumentó de intensiadad poco a poco. Tomé tu cintura y te senté en mis piernas, mis manos se paseaban por tus muslos lentamente, tenía miedo de hacer algo que no quisieras, mis dedos sentían la fina tela de tu pantalón, tus pequeñas manos abrazaron mi cuello mientras nos besabamos, era un sensación tan hermosa que jamás quería olvidar, lentamente comencé a internar mis manos dentro de tu polo, tu piel era tan suave, soltaste un pequeño gemido cuando toqué tus pezones, al darte cuenta de eso bajaste la cabeza avergonzado y pediste disculpas, no tenías porque hacerlo, te veías tan tierno hasta en una situación como esta, te dije que me miraras y lo hiciste tímidamente. En tus ojitos podía ver reflejado como te sentias y pude comprobar que era igual que yo, volvimos a besarnos y tomé firmemente tu cintura por debajo de la tela de tu polo. Tus manos bajaron hacia mi pecho, tímidamente tomaste un botón de mi camisa, sentí como sonreíste en medio del beso al lograr desabotonarlo, mis manos bajaron hacia tu trasero el cual comencé a masajear lentamente, en medio del beso diste paso a mi lengua la cual gustosa comenzó a probar el interior de tu boca, nuestras lenguas danzaban libremente. Comencé a dejar besos por tu mentón y descendí a tu cuello, tu aroma era tan delicioso; sin embargo sentía que todo esto se estaba llendo de control, tenía que pararlo ahora porque sabía que luego no podría hacerlo, y lo que menos quiero es hacerte daño, me miraste extrañado y pude ver la tristeza reflejada en tus pequeños ojos, te pedí perdón y te dije que aún era muy pronto, que aún eras muy pequeño y que teníamos todo el tiempo del mundo, que gran mentira. Podía ver la decepción en tus ojitos, no puedo hacerte esto Jiminie, sin embargo solo me abrazaste y me dijiste que cuando sucediera iba a ser muy especial para ambos y me agradeciste por esperarte, me agradeciste por pensar en ti y por cuidarte tanto, me siento tan culpable ahora, Jiminie prometo amarte para toda la vida.

Que rápido pasan las horas contigo, desearía que no fuera así, ya eran las siete y media de la noche, hoy prometí quedarme contigo todo el día, escuche tu pequeña pancita rugir y supe que tenías hambre, no dude en preguntarte que querías cenar, me dijiste pizza, sabía muy bien cual era tu favorita y no dude en consentirte. Me dirigí a la cocina para tomar el teléfono, marqué el número y  contestaron rápidamente. Pedí tu pizza favorita y me dijeron que el repartidor estaría aqui dentro de media hora, solo nos quedaba esperar, sentí tus pequeños brazos abrazarme por detrás, te escuché reír, era el mejor sonido que había escuchado en toda mi vida, te prometo que jamás lo olvidaré, sentí como dejaste un pequeño beso en mi nuca, ¿Por qué todo tiene que ser tan injusto pequeño?. Me soltaste y tomaste mi mano, encajaban tan bien juntas, me miraste y pude ver como te parabas de puntitas para alcanzar mis labios, eras tan tierno, me agache facilitándote el trabajo y nos besamos nuevamente, jamás me cansaría de sentir tus suaves y esponjosos labios junto a los mios, el beso era lento ninguno de los dos tenía la necesidad de ir más rápido, te separaste de mí y me sonreíste, bese tu frente y nos dirigimos al mueble nuevamente, tomamos asiento y esperamos entre besos y carícias a que la pizza llegara.

Pasaron más de treinta minutos en los que no dejaba de besar tus deliciosos y carnosos labios, la puerta sonó avisando que alguien había llegado, felizmente era la pizza, le pagé al repartidor y pude ver tu hermosa carita emocionada con una sonrisa, este día me prometí tratarte mejor de lo que te mereces, esta noche quería concentirte, algo que no podría volver a hacer. Nos serví una tajada a cada uno y comenzaste a comer como si fuera la ultimas ves que lo harías, por más que quiera concentrarme en la pizza, no puedo hacerlo. Jiminie, no podía dejar de verte, no me cansaré de decirlo jamás, eres totalmente hermoso. Manchaste ligeramente la comisura de tus labios con migajas de pan, te veías tan tierno, no te dije nada y solo te deje disfrutar de la deliciosa pizza que tanto amabas, me preguntaste por que no comía, "me distraje viendo lo hermoso que eras" fue lo que te respondí. Tus mejillas comenzaron a tornarse de un hermoso color rojizo, me acerqué a tu rostro y mordí tus espojosos cachetes, podía sentir lo caliente que estaban por averte avergonzado.

Ya era las nueve de la noche, te escuché bostezar y te acurrucaste a mi lado, pase mis brazos por tus hombros y te abracé. Tus ojitos comenzaron a cerrarse lentamente y una sonrisa salió de tus labios, terminaste por dormirte por completo, tu respiración era lenta y tranquila, desearía quedarme así contigo para siempre. Te cargué para llevarte a tu habitacion, eras tan liviano, Jimin prometeme que te alimentarás bien. Te dejé en tu cama y te cubrí con una manta para que no tuvieras frío, te veías muy hermoso, pequeño había llegado la hora de irme, pero tu despertaste y me detuviste, sujetaste mi mano y no me dejaste ir, me pediste que duerma contigo, Jimin todo esto será más dificil, acepté y me heché a tu lado, te acurrucaste en mi pecho y te abracé tan fuerte porque sabía que podía ser la última vez, tenía miedo de cerrar los ojos y quedarme dormido, tenía miedo, no quería que este día acabe.

Mis ojos se abrieron repentinamente, me levanté asustado y con la respiración acelerada, otra vez la misma pesadilla, pequeño no dejaré que nada malo te pase. Despertaste preocupado a los pocos segundos, levantaste la mirada ya que aún te encontrabas en mi pecho, tus ojitos tenían un brillo extraño que muy pocas veces había visto. Llevaste tus pequeñas manos a mis cabellos y comenzaste a tocarlos lentamente intentando tranquilizarme, "¿Estás bien?" Me preguntaste al percatarte que mi mirada estaba perdida, odiaba mentirte con toda mi alma, pero pequeño, no podía decirte lo que sucedía. "Si, todo esta bien Jiminie". Asentiste no muy convencido de mi respuesta y te acercaste a mis labios para depositar un dulce beso allí. "Volvamos a dormir ¿Si?" Me dijiste somnoliento, esta vez te acomodaste de una manera distinta, nuestros rostros estaban frente a frente, estábamos muy cerca uno del otro. Respiraba exactamente el mismo aire que tu, pase un brazo por tus hombros y descendí a tu cintura, te acerqué a mi y escondiste tu rostro en mi cuello, tu respiración era muy lenta y tranquila, el latido de tu corazón podía oírlo perfectamente. Saliste de tu escondite y me miraste, pasaste tus delgados brazos por mi cuello, y comenzaste a acariciar la parte inferior de mi cabeza. Me acerqué a tus labios y te besé, quería que el sabor de tus labios se quede impregnado en los mios, para así no extrañarlos tanto, nos separamos y cerraste tus ojitos, te acurrucaste a mi lado y te abracé, "Yoongi, ¿Me prometes que estarémos juntos hasta que seamos viejitos y ninguno de los dos pueda caminar?", pequeño, porqué me haces esto, "Prometido Jiminie", que promesa más falsa acabo de hacerte, ¿Por que las cosas tienen que ser de esta manera?. "Te amo Hyung", me dijiste de la manera más dulce y tierna posible, "Yo también te amo bebe", me sonreíste y finalmente cerraste tus ojitos, te quedaste dormido rápidamente. Tu seguridad es lo único que me importa Jiminie, recuérdalo siempre, poco a poco me fui quedando dormido, abrasandote fuertemente, deseando que la noche nunca acabe y quedarme así contigo para siempre.

 FOR YOU -- YOONMIN [Two Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora