One Shot.

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Querido Dowoon:

Soy yo, otra vez.
Voy a dejar una nota en tu lápida, otra vez.
Estoy llorando por ti, otra vez.

Te echo de menos, otra vez.

Siempre fuiste tan callado que nuestros amigos dicen que, en ocasiones, no notan tu ausencia.
Yo sí la noto, en cada uno de los pequeños poros de mi piel.

Noto la falta de tus caricias en mi espalda cuando me abrazabas; o la falta de tu grave voz, la cual tuve el honor de escuchar tantas veces como estrellas hay en el cielo.

Supongo que por eso eras siempre tan callado, para ahorrar tantas estrellas como pudieses, usándolas así en momentos de suma importancia.

Porque cuando se agotasen, te desvanecerías como ellas.
Te convertirías en polvo de estrellas.
Y lo hiciste.

Te convertiste en polvo de estrellas y espolvoreaste con él mis ojos, provocando que no pudiese dejar de llorarte.

¿También lloraré tantas veces como estrellas hay en el cielo?
Al fin y al cabo, siempre adoraste las estrellas.

La gran mayoría de nuestras conversaciones estaban basadas en ellas, en cuánto las admirabas y en como, cuando dejases este mundo, te gustaría convertirte en la estrella
más brillante del cielo.

Lo has conseguido, Dowoon.
Enhorabuena.
Has conseguido tu sueño, y has roto el mío en el trayecto.

Mi sueño de poder envejecer a tu lado; de poder despertar en las mañanas junto a tu tierna expresión de cachorro, que siempre adornaba tu rostro; de poder observarte utilizar cualquier objeto a tu alcance, como si de una batería se tratase.

Tú con tu batería.
Yo con mi teclado y mi voz.
Formando una constelación infinita.

Pero las estrellas al final siempre se desvanecen, y las constelaciones están formadas por ellas.

Las estrellas desaparecen, como tú desapareciste y como yo estoy desapareciendo poco a poco, hundiéndome en los recuerdos y regocijándome en el dolor que me produce extrañarte a diario.

Hoy las estrellas están cubiertas por una tenue capa de nubes.
Y todas las nubes en mi interior están lloviendo.

Tú salvabas a todo el mundo pero...
¿Quién te salvaba a ti?

Creí que yo conseguía hacerte olvidar cada una de tus desdichas por, aunque fuesen, unos cortos segundos de tu corta vida.
Pero veo que no fue así.
Entendí que tus demonios te consumieron hasta el punto de arrastrarte al mismísimo infierno.

Una tarde cualquiera, en una habitación de hotel cualquiera, en mitad de un tour cualquiera...
Tú y yo, apoyados en ese balcón con tan hermosas vistas.

Tú, admirando a la nada.
Yo, admirándote a ti.
Tu mano y la mía entrelazadas, en su interior un indescifrable secreto que únicamente nosotros conocíamos.

Tus labios moviéndose acompasadamente al pronunciar una frase que yo creí sin importancia...

"¿Qué pasará si vuelo?
Cariño, ¿Qué pasará si caigo?".

En dichas tristes palabras, tus últimas estrellas se apagaron en el pequeño balcón.
En una noche sin estrellas, tu estrella se consumió dejando un cuerpo inerte y sin vida en su lugar.

No te culpo.
Quiero que sepas que no te culpo.

Extraño tu voz.

Atte.:
Wonpil.

Stars // [Dopil]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora