Capítulo 4:
Cuando Raimundo recuperó el conocimiento, se encontraba totalmente desorientado. De hecho, le costaba concentrarse en pensar dónde demonios estaba, rodeado de soldados y sentado en algo que se asemejaba a un avión pero sin ninguna ventanilla. Poco a poco sus pensamientos se pusieron en orden y recordó que estaba en una nave espacial de última generación y que, probablemente, había perdido el conocimiento cuando ésta había atravesado la atmósfera terrestre. Miró alrededor, y pudo ver las mismas expresiones de desconcierto en sus compañeros, que poco a poco iban recuperando la consciencia. Se fijó en el televisor que había al frente, que mostraba una imagen enviada desde una cámara, montada en la cabina de pilotaje de la nave. En esos instantes, mostraba la inmensidad azul del mar y, a lo lejos, tierra, que se acercaba a una velocidad vertiginosa. La nave espacial había sido diseñada y construida en las dársenas de la ciudad espacial Heiren, con la última tecnología existente. Su diseño, le hacía posible viajar tanto en el espacio exterior como por el cielo azul de la tierra a velocidades vertiginosas y, por si eso fuera poco, sus propulsores tenían el diseño similar a los de un Harrier, pudiendo aterrizar de forma estática como si fuere un helicóptero. Una maravilla de la ingeniería adelantada a su tiempo que, por fortuna, funcionaba a las mil maravillas. Por lo que Rai sabía, nunca se había probado tras atravesar la atmósfera y era todo un misterio para los investigadores si soportaría la dureza del trayecto.
En un santiamén, estaban sobrevolando tierra y los soldados comenzaron a charlar animosamente. El hecho de volver a estar en la Tierra, hacía que todos se sintieran extrañamente alegres, como cuando vuelves a tu ciudad natal después de muchos años y te encuentras con un montón de cosas nuevas. Pero, en este caso, las "cosas nuevas" eran bestias anti-naturales y destrucción hasta donde alcanzaba la vista. Algunos pequeños núcleos rurales permanecían silenciosos y milagrosamente intactos, como si nada hubiera pasado, pero la total ausencia de personas en sus calles hacía completamente evidente que algo iba mal. Un pitido sonó por megafonía y una luz roja se encendió junto al monitor, señal de que quedaban diez minutos para alcanzar el destino primario.
Todos los soldados revisaron su equipamiento, entrando en un estado de tensión y concentración que sólo el duro entrenamiento hacía posible, mientras apartaban de sus mentes las escabrosas escenas de sus últimos días en la Tierra. Una pequeña alarma sonó, informando de que cuerpos no identificados se encontraban en la trayectoria de la nave. Los avanzados sistemas de defensa entraron en acción, ametralladoras pesadas que fijaban su objetivo automáticamente y no erraban un solo disparo abatieron las amenazas que había delante.
Otro pitido, la luz se tornó azul. Cinco minutos. Último pitido, un grito de sorpresa y una maniobra inesperada hizo que Rai se preguntara qué demonios podía estar pasando. Los soldados empezaron a murmurar, mientras el motivo del grito viajaba de garganta en garganta desde los asientos delanteros.
-Hay un campamento en la base ¡Un campamento!
-¡Eso es imposible!
-Si hay un campamento ¿Eso quiere decir que hay gente? ¿Supervivientes?
Rai empezó a pensar a toda velocidad. ¿Un campamento, en el centro de una zona caliente e infestada de bestias asesinas? ¿Cómo demonios era posible?
El sargento a cargo de la operación apareció por la puerta que daba a la cabina de pilotaje, informando a los soldados de aquello que ya se rumoreaba. Además, les ordenó permanecer tranquilos y que nadie se pusiera nervioso, no convenía apretar el gatillo contra los objetivos equivocados aunque, con toda seguridad, no les darían precisamente una cálida bienvenida.
Por todos era bien sabido (o más bien, supuesto) que había núcleos de supervivientes en la Tierra, y que, además, a aquellos que habían "huído" a la Heiren se les consideraba como unos cobardes y unos desertores, de modo que se esperaba que la situación se pusiera bastante tensa. La nave se iba acercando poco a poco a la base aérea, y el monitor pasó a reflejar las formas del campamento que había en la misma. Tres aviones, tiendas de campaña pero... ¿Dónde demonios estaba la cuchipanda de los mutantes? ¿Era posible que los hubieran exterminado de alguna manera?
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SKI
Science FictionLa Tierra se ha convertido en el caldo de cultivo del virus SKI, un temible monstruo microscópico que afecta a todo tipo de animales, provocando mutaciones y agresividad extrema. La raza humana se ha visto forzada a vivir en una ciudad espacial deno...